Si había un barón al que Pedro Sánchez le tenía ganas, ése era Javier Lambán. El presidente del Gobierno de Aragón no sólo apoyó a Susana Díaz en las primarias, sino que además fue uno de los dirigentes socialistas que más se significó en contra del secretario general en el caótico comité federal de su destitución el pasado 1 de octubre. Pero Lambán, “más pronto que tarde” dice su entorno, anunciará su candidatura a revalidar el liderazgo del PSOE en Aragón. Y tiene todas las de ganar, como ya ha ocurrido con Guillermo Fernández Vara en Extremadura y Ximo Puig en Valencia.
El PSOE de Aragón aprobará este viernes en su comité regional el calendario para sus primarias. Lambán no anunciará todavía su candidatura, porque quiere respetar los plazos y los procedimientos. Pero lo hará en los próximos días. La gran baza del sanchismo en Aragón, la diputada Susana Sumelzo, ya ha comunicado que no se presentará. Y lo más probable es que la aspirante afín a Ferraz sea Carmen Dueso, exteniente de alcalde del Ayuntamiento del Zaragoza. En la decisión de Lambán, dicen quienes le conocen, no ha influido la renuncia de Sumelzo.
Renunciar a las elecciones del 2019
Ni Ferraz ni Lambán dan todavía por perdido un acuerdo. El entorno de Sánchez admite que Sumelzo era una candidata que aglutinaba más apoyos. Ahora el presidente aragonés parte con ventaja. Así lo prueba una oferta que Ferraz hizo a Lambán hace unos días: la dirección del partido a cambio de no repetir como candidato en 2019. “Es una propuesta que ha estado circulando por ahí, pero han sido comentarios más que una negociación”, dicen fuentes cercanas a Lambán, que la rechazan. “Esas bicefalias son un fracaso siempre”.
El futuro de Lambán estuvo en entredicho después de la victoria de Sánchez en las primarias de mayo. No olvidaba el episodio del comité federal de octubre. Lambán, según contaron varios testigos, se dirigió a Sánchez y le dijo: “Tú ya no eres mi secretario general”. La nueva dirección de Ferraz señaló a Puig y Lambán antes del congreso federal de junio. Y dijo que no era conveniente que compatibilizasen cargos orgánicos e institucionales. Además de Sumelzo, sonó como posible candidato el alcalde de Utebo, Miguel Dalmau.
“Lambán tenía interiorizado que podía haber diferencias y discrepancias”, explican desde su entorno. “Pero ya hay un secretario general y la dirección regional estará alineada con sus tesis”.
Fuentes socialistas interpretan que un amplio sector de la militancia votó contra Díaz y no a favor de Sánchez.
La situación de Lambán, a falta del desenlace definitivo, está a punto de confirmar en su cargo a la mayoría de barones que apoyó a Díaz en las primarias. Sánchez los dejó fuera de la Ejecutiva y dio a entender que su caída era "inevitable". Pero no ha sido capaz de reeditar el arrollador caudal de votos de las primarias. El secretario general derrotó a Díaz en todas las comunidades salvo Andalucía y el País Vasco.
Sin embargo, Puig y Vara revalidaron la secretaría autonómica a pesar de tener rivales. La presidenta andaluza no tuvo oposición. Queda por desvelar el futuro de Emiliano García-Page. El presidente manchego condicionó prácticamente su continuidad a la victoria de Díaz. Pero todo indica que Page seguirá tras cerrar un acuerdo de coalición con Podemos.
'Sanchismo' en el resto de comunidades
El presidente asturiano Javier Fernández, que no se posicionó formalmente al estar al frente de la gestora pero al que se consideraba cercano a Díaz, había anunciado previamente que no repetiría. Por otro lado, el actual líder socialista sí ha conseguido imponerse en territorios como Cantabria, Navarra, La Rioja, Castilla y León, Baleares y Canarias. Está pendiente de resolver el futuro de la federación de Madrid.
¿Por qué Sánchez no ha podido reeditar las victorias en los congresos regionales? Algunas fuentes socialistas interpretan que un amplio sector de la militancia votó contra Susana Díaz y no a favor de Sánchez.
Ferraz tiene su propio diagnóstico. Dicen que cada territorio tiene particularidades. Y que el PSOE, después del cisma de la abstención, no puede funcionar como un ejército de bandos. "Si entramos ahora en esa dinámica decepcionaríamos a los que nos apoyaron", dicen fuentes de la dirección socialista. "El apoyo que recibimos se nutrió de un movimiento casi libertario, que no quiere que actuemos colocando gente".