La partida de póker entre Gobierno central y Generalitat de Cataluña terminará esta semana. Cuando los independentistas levanten sus cartas y se lancen este miércoles a aprobar la ley del referéndum, Mariano Rajoy desvelará su estrategia para impedirlo. De momento, reafirma su postura: “Vamos a preservar la unidad de España, aquí la ley se cumple”.
Las palabras del presidente chocan con el sentimiento que predomina en Cataluña. Según los sondeos publicados por este periódico, el 55% de los catalanes cree que sí que habrá urnas al llegar octubre.
Aunque Rajoy no ha aclarado qué ocurrirá en caso de que se abran los colegios electorales, la vicepresidenta de su Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, ha desayunado en la SER con este tema sobre la mesa: “Las autoridades se encargarán de que no se pongan las urnas”.
Camisa rosa y traje marino, ante la junta directiva de su partido, Rajoy ha recordado: “Quienes promueven todo esto no quisieron dialogar. Sabían que iban contra la ley y sin ley no hay democracia”.
En su arenga de inauguración de curso, el presidente del Gobierno ha incidido en la falta de apoyos que sufre el proyecto independentista, tanto en España como en Europa: “Han huido hacia delante a sabiendas de que nadie les iba a apoyar”.
Rajoy dibuja así su diagnóstico de lo que ocurre en Cataluña, justo antes de que “se lancen por el precipicio”: es una mesa en la que los miembros del Gobierno de la Generalitat se miran y desconfían unos de otros. “No hay nadie capaz de ejercer un liderazgo". Lo ha calificado sin remedio por culpa del dominio de los antisistema, cuya génesis ha situado en la salida del anterior líder de CiU: “Que la CUP pidiera la cabeza de Mas y se la dieran es uno de los mayores disparates que he visto en mi carrera política”.
El líder del PP repite como un mantra las características que guiarán la solución que todavía oculta: “Actuaremos con proporcionalidad e inteligencia, con tranquilidad y firmeza”. Si todo sigue según el plan trazado, el Gobierno central no dará ningún paso hasta que los independentistas activen su proyecto este miércoles a través del Parlament.
En cuanto a los números, Rajoy no ha amenazado con cerrar el grifo de la financiación a Cataluña, pero sí ha echado en cara a Puigdemont haber mantenido la estabilidad económica de su región a pesar de la continua amenaza separatista: “Hemos evitado la quiebra y pagado a los proveedores que no cobraban de la Generalitat”.
Este miércoles no habrá más cartas que robar del mazo. Cuando los independentistas desvelen en la Cámara el sendero que tomarán, Rajoy hará lo propio con su escudo jurídico.
La respuesta de Puigdemont
Sin más miramientos, Rajoy ha calificado de "estafa" el referéndum que propone Puigdmemont, unas palabras que han soliviantado al Gobierno de la Generalitat. El propio presidente autonómico ha respondido: "La estafa sería impedir su celebración".
En su esprint hacia delante, Puigdemont ha remarcado que con las urnas "nunca se hace un golpe de Estado".
Con pocos apoyos internacionales que exhibir, el líder secesionista ha rescatado el sí al referéndum del premio nobel de la paz Ahmed Galai, vicepresidente de la Liga Tunecina de los Derechos Humanos, una de las cuatro organizaciones que forman el Cuarteto Nacional del Diálogo en Túnez.