La violencia ha llegado una vez más a las aulas catalanas. En esta ocasión con motivo de la huelga convocada por el Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes (SEPC) para protestar contra la aplicación del artículo 155. El paro, iniciado este miércoles, se prolongará a mañana, pero durante la primera jornada ha dejado momentos donde la tensión llegaba al límite.
Muchos alumnos quisieron asistir a las clases con normalidad, pero no les fue posible ya que en las puertas de las facultades había piquetes que les impedían la entrada. Los que conseguían entrar tenían complicado que los profesores impartieran la lección con normalidad.
Una de las escenas más tensas se vivió en un aula de la Facultad de Derecho. En mitad de una clase, varios alumnos que se manifestaban a favor de la independencia y de los paros intentaron que cesara la actividad. La profesora, tras negarse, intentó cerrarles la puerta, pero no lo consiguió ya que quienes secundaban la huelga la empujaron. En el forcejeo, la docente llegó hasta prácticamente el suelo, tal y como se ve en el vídeo que acompaña a esta información.
Los alumnos que estaban dentro del aula se levantaron para ayudar a la profesora y consiguieron entre todos cerrar la puerta. Pero la ofensiva siguió, con golpes en el aula y gritos. Dentro, varios alumnos fueron se agobiaron y lloraron. La clase no pudo continuar.
En la entrada de la Facultad de Ciencias Políticas la tensión no fue menor. Los piquetes concentrados en la parte exterior del edificio impedían la entrada a los alumnos. Los gritos, los enganchones y la tensión eran palpables. Pero no es un episodio nuevo, explica María Domingo, alumna de esta facultad y vicecoordinadora de la agrupación de jóvenes de Societat Civil Catalana.
Domingo cuenta a EL ESPAÑOL que este miércoles ha asistido a la Universidad y que a las ocho de la tarde aún seguía en su interior. "Mi facultad se encuentra taponada con mesas y sillas y es imposible acceder a ella. Los profesores directamente han suspendido las clases ante la violencia de estos estudiantes de extrema izquierda. No es la primera vez que sucede esto. El rectorado no actúa, no impide que esta gente tome la universidad, les ofrece salas para que guarden el material, incluso hay decanos que permiten que se queden a dormir en sus facultades. La gente, por miedo, siempre ha callado, pero esto está cambiando. Llevamos perdidos muchos días de clase. Se han convocado unas tres o cuatro huelgas en un mes y medio".