El Gobierno no va a paralizar la tramitación del 155. El presidente Mariano Rajoy quiere disponer del aval del Senado para tutelar de alguna forma el proceso electoral que se avecina en Cataluña. Es decir, Rajoy se inclina por tener el 155 a su disposición, pero sólo lo ejecutará en función de las decisiones que tome Carles Puigdemont.
La partida de nervios que libran Puigdemont y Rajoy se acerca a su resolución definitiva. El presidente de la Generalitat ha optado por convocar elecciones autonómicas. La salida ha indignado a sus socios de ERC, que han decidido abandonar el Govern si firma el decreto. Puigdemont, a través de distintos emisarios, está buscando garantías de que Rajoy no aplicará el 155.
Pero Moncloa no quiere ceder esta baza a Puigdemont. Es cierto que Rajoy es reacio a aplicar el 155. Lo que tampoco quiere el jefe del Ejecutivo es regalar a la Generalitat una renuncia expresa. El Senado aprobará el aval del 155, pero Rajoy sólo lo usará en función de las circunstancias.
Una de las claves de las próximas horas es la enmienda que ha presentado el PSOE al dictamen del 155. El texto, que el PP está dispuesto a apoyar, prevé la suspensión del 155 si se convocan elecciones en el marco de la legalidad vigente y sin referencia alguna al 1-O o la independencia. Si se rompe esa premisa en las próximas semanas o durante la campaña, el Gobierno siempre podrá decir que tiene el aval del Senado para aplicar el 155.
El PP ya ha anunciado que acepta, pase lo que pase, la enmienda del PSOE a favor de la aplicación gradual de las medidas contempladas en 155.