El lehendakari Iñigo Urkullu se ha desmarcado del pulso que todavía mantienen los partidos separatistas en Cataluña. Un día después del encarcelamiento de la mitad del Govern catalán destituido, el Consejo de Ministros ha enviado al Congreso la nueva ley quinquenal del cupo 2017-2021 y la modificación de la ley del concierto económico. El Gobierno había congelado las dos acuerdos por la negativa del PNV a apoyar los Presupuestos de 2018. El deshielo del cupo indica que el presidente Mariano Rajoy tiene más cerca la posibilidad de mantener viva la legislatura y evitar las elecciones gracias a los Presupuestos, que el Ejecutivo espera aprobar a principios del próximo año.
Urkullu ha desistido de brindar cualquier apoyo al independentismo catalán. Ni el ingreso en prisión de Oriol Junqueras y los consellers, ni la huida de Carles Puigdemont a Bélgica han conmovido al lehendakari. En Canadá, donde ha puesto fin a un viaje de varios días, Urkullu ha apuntado que si las elecciones catalanas del 21-D las hubiera convocado Puigdemont, y no el Gobierno, hoy habría "un escenario diferente" y no el "despropósito absoluto". "Qué lástima", ha afirmado.
Prima el interés de los vascos
El lehendakari ha desligado la respuesta que el Gobierno central está dando a la crisis catalana de su relación con Rajoy. El PNV ha apoyado, sin demasiado entusiasmo, al separatismo catalán en estos dos meses. Y votó en contra del 155 en el Senado. Pero la formación vasca asegura ahora que su "responsabilidad" es mantener relaciones con todas las instituciones, también con el Ejecutivo central, "pese a las circunstancias". En su opinión, debe primar la defensa de los intereses de los vascos.
Urkullu fue una de las personas que el pasado jueves 26 de octubre trató de convencer a Puigdemont de la convocatoria electoral como la salida a la crisis. Fue en vano. Varios medios informaron del malestar que había generado en el lehendakari la "falta de palabra" del presidente catalán. Con la decisión de recuperar el acuerdo del cupo y los Presupuestos, el PNV cierra la puerta a un proceso catalán en el que nunca creyó.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha aprovechado el acuerdo sobre el cupo vasco para reivindicar el Estado de las autonomías. Montoro también ha avanzado que el Ejecutivo está cerca de acordar el nuevo convenio económico navarro y que trabaja en la reforma del sistema de financiación de las autonomías de régimen común."Desde el respeto al ordenamiento jurídico es posible impulsar y fortalecer las instituciones, la financiación y el autogobierno", ha dicho Montoro tras el Consejo de Ministros.
Legislatura viva
El cupo se debatirá en las próximas semanas en el Congreso. La nueva ley contará con el voto favorable de PP, PSOE y probablemente Unidos Podemos. Sólo Ciudadanos ha dicho que votará en contra. Está previsto que entre en vigor el 1 de enero del 2018.
El Gobierno tuvo que prorrogar los Presupuestos de este año al no obtener el apoyo del PNV. El acuerdo del Consejo de Ministros sugiere que el grupo vasco está ahora abierto a apoyar las cuentas de 2018. Rajoy tiene en su mano reeditar la misma mayoría de hace unos meses con Ciudadanos, PNV, Coalición Canaria y Nueva Canarias. El PP podría mantener la legislatura viva tras el 21-D y ya no se plantearían nuevas elecciones hasta 2019.