El Gobierno vive como un triunfo propio que Carme Forcadell haya acatado ante el Tribunal Supremo la aplicación del artículo 155 y la vigencia de la Constitución española. La presidenta del Parlament reconoció ante el magistrado Pablo Llarena que la declaración de independencia en realidad fue "simbólica" y se comprometió a no hacer nada "en el presente ni en el futuro" que suponga la alteración del orden constitucional. Es la conversión con la que soñaba Moncloa.
El cambio radical en el comportamiento de Forcadell ante el juez para evitar ir a prisión ha sido interpretado por el Gobierno como una conquista del constitucionalismo ante el secesionismo. Con este arrepentimiento público, el Ejecutivo consigue apuntarse otro tanto: evitar que se repitiesen las imágenes de un furgón policial trasladando a la presidenta del Parlament y a los miembros de la Mesa a una cárcel con una orden de prisión provisional sin fianza.
El traslado a prisión del exvicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, y parte del Govern cesado provocó el renacer de parte del independentismo que se sentía traicionado por la huida de Puigdemont a Bruselas. Esta vez el Gobierno prefería que la escena no se repitiese para no alimentar el argumentario de los líderes del procés y así lo hizo saber a través de filtraciones interesadas la víspera de que el magistrado del Supremo tomara declaración a Forcadell.
Fue el ministro portavoz Íñigo Méndez de Vigo quien se felicitó tras el Consejo de Ministros del viernes del paso atrás de los miembros de la Mesa en el Supremo. "Vemos en las declaraciones de los secesionistas que la vuelta al orden constitucional es una realidad en Cataluña". Otros destacados dirigentes del Partido Popular aplaudieron también el nuevo perfil de la presidenta del Parlament.
"Sálvese quien pueda"
El 'número tres' del partido, Fernando Martínez-Maillo, decía en sus redes sociales que Forcadell inauguró ante el juez "el procés del sálvese quien pueda". El vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, se alegró de que "algún independentista, por fin, se cayó del caballo. Sus propios compañeros están dejando a Puigdemont colgado de la brocha. Ya reniega del secesionismo hasta Forcadell".
La rectificación de la presidenta del Parlament provocó una cascada de memes en las redes sociales desde que el Supremo no decretó prisión incondicional para ella. Dos de las más imágenes más comentadas son una en la que aparece vestida con un traje flamenco entrando al Supremo y otra fotografía en la que le protege una bandera de España.
El excarcelamiento de todos
El Gobierno confía ahora en que la metamorfosis de Forcadell haga recapacitar a los miembros del Govern que llevan más de una semana encarcelados. Tanto Moncloa como el PP y Ciudadanos comparten una misma tesis: "Si hay líderes independentistas encarcelados durante la campaña electoral la vía secesionista podrá alimentar su victimismo".
De momento, los partidos constitucionalistas ya están diseñando sus propias campañas electorales para intentar despertar al electorado abstencionista que defiende la unidad de España. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, vuelve a Barcelona este domingo por primera vez desde el 16 de septiembre. Lo hace para acompañar a su candidato, Xavier García Albiol, en el acto donde presentará su candidatura.