El imparable ascenso de Ciudadanos en todas las encuestas sumado a los malos resultados electorales que predicen los sondeos ha sumido al Partido Popular en una profunda crisis a un mes de la cita con las urnas. El último sondeo que publicó El Periódico de Cataluña vaticina que el PP es la fuerza menos votada el 21 de octubre y se quedaría con entre 6 y 7 escaños. Unos datos demoledores que ha provocado que en el partido que sustenta al Gobierno cunda el desánimo y la preocupación.
En Génova se mantiene la estrategia de exprimir al máximo la idea de que el Gobierno de Mariano Rajoy es el que ha restablecido la legalidad en Cataluña. Los estrategas del PP piensan que hay una masa de ciudadanos abstencionistas que valorarán muy positivamente el trabajo que el Ejecutivo ha desarrollado en la autonomía desde que cesó a todo el Govern. Sin embargo, las encuestas ya adelantan sus peores pronósticos. Albert Rivera es el líder constitucionalista que mejor ha capitalizado la bandera de España y la lucha contra el adoctrinamiento en las aulas. Dos puntales que hasta hace muy poco pertenecían al PP.
Los conservadores han empezado a criticar a Ciudadanos y PSC a pesar de que entienden que sus "enemigos" son "los otros", el bloque independentista. Ellos tienen la idea de que es mejor que el bloque constitucionalista camine unido porque el objetivo es derrotar a los secesionistas. Sin embargo, la pérdida de votos les ha hecho virar sobre todo porque los conservadores entienden la campaña catalana en clave nacional. Este lunes, Pablo Casado llamó "oportunista" a Rivera por asegurar que votará contra el cupo vasco. Además, animó al líder del PSC, Miquel Iceta, a desvelar si pactará con los independentistas para formar gobierno tras el 21-D.
Para frenar la sangría de votos, Mariano Rajoy se ha propuesto participar activamente en la campaña para arropar a su candidato, Xavier García Albiol. Un miembro del ala más dura del PP que si deja al partido como última fuerza del Parlament tendrá que repensarse su futuro. Todavía está por ver qué papel desempeña la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la campaña electoral. El perfil que quieren darle es "bajo", pero en algún momento acudirá a explicar en la autonomía que ahora dirige los beneficios de la intervención.
Si finalmente la intervención del Estado en Cataluña pasa factura al PP, los conservadores insisten en que Rajoy no ha aplicado el 155 pensando en el rédito electoral, "sino porque es su obligación como presidente del Gobierno garantizar la unidad de España". No obstante, creen que todavía hay tiempo para sacar brillo al artículo 155 y dejar "en evidencia" a los secesionistas.
De hecho, Casado ironizó este lunes con la posibilidad de que Carles Puigdemont pueda celebrar mítines desde Bruselas utilizando el "formato holograma" que permite imágenes en 3D. "Puede aparecer como un fantasma o a través de la güija", bromeó el vicesecretario para zanjar que lo que debería hacer es "prepararse su defensa" judicial. "Cataluña se merece ya por fin algo de seriedad", añadió.