Ciudadanos se ha puesto a la cabeza de una incipiente revuelta contra el nuevo acuerdo del cupo vasco, que en mayor o menor medida -en público o en privado- han criticado expertos y dirigentes tanto del PP como del PSOE. Las enmiendas de devolución que ha registrado el partido naranja este lunes son la antesala de un debate parlamentario que nunca se había planteado en términos tan críticos contra el cupo y el concierto vasco. Uno de los argumentos que esgrimirá Albert Rivera es que el nuevo cálculo no sólo infra financiará a otros territorios sino que además terminará costando una subida de impuestos al resto de españoles.
El nuevo cálculo quinquenal 2017-2021 y la reforma del concierto económico se aprobarán el jueves en el Congreso. Los proyectos se tramitarán en lectura única. Ciudadanos ha calificado de “anomalía democrática” la elección del procedimiento de urgencia. “Hay una evidente opacidad y un exceso de complejidad, que dificultan la gestión y el control de los fondos públicos”, dicen las enmiendas que ha preparado el diputado Francisco de la Torre.
Subfinanciación de otras comunidades
Albert Rivera no sólo votará en contra. Las enmiendas de devolución forzarán al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, a un cara a cara con Ciudadanos para defender el cupo. Los argumentos del partido naranja en sus enmiendas son durísimos. Acusan al Gobierno de “inoportunidad política” y de dar “prioridad absoluta” al cupo vasco sobre la reforma de la financiación autonómica de 15 comunidades y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
“Se está profundizando en la sobrefinanciación de las Administraciones Vascas (…), es decir la comunidad autónoma con la segunda renta per cápita más elevada de España”, dice la enmienda. “Esto, en un mundo de recursos limitados, tiene como consecuencia ineludible la subfinanciación de otras Administraciones, y el pago de mayores impuestos de los ciudadanos de otros territorios”.
El concierto económico vasco es el marco que regula las relaciones financieras entre el País Vasco y el Estado. El cupo es la cantidad que el País Vasco paga cada año por los servicios de competencias no transferidas. Las diputaciones forales vascas recaudan todos los impuestos, que posteriormente se reparten al Estado por los gastos acordados en períodos quinquenales. El único requisito es que la presión fiscal sea similar a la del resto del país. En las autonomías del régimen general, el sistema funciona al revés. La Agencia Tributaria recauda y después reparte.
Ciudadanos considera inexplicable el cálculo que se hace de la factura del cupo, que sale a devolver a las instituciones vascas. En ese sentido recuerda algunos ajustes que deberían contabilizarse al revés. Es el caso de la construcción de la Y ferroviaria vasca, que financia casi al 100% el Estado. Rivera denuncia, por un lado, que el comité de expertos para la reforma de la financiación autonómica recomendó incrementar, y no reducir como ahora propone el Gobierno, aportación de las comunidades forales a la solidaridad interregional. Y, por otro, recuerda que el País Vasco se puede permitir una presión fiscal mucho más baja y un gasto social muy superior a la media del resto de España.
El PSOE no bloqueará el cupo
El cupo ya provocó críticas entre los expertos de la financiación designados por las comunidades cuando se anunció el acuerdo entre el Gobierno y el PNV en mayo. A pocas horas del debate en el Congreso, esos reproches han vuelto. Y algunos expertos, vinculados al PSOE, han defendido públicamente la postura de Rivera. Hay dirigentes del PP que en privado han admitido su malestar con la forma en la que se está llevando el proceso. No tanto por el fondo.Lo consideran un buen acuerdo y un mensaje a favor de la lealtad institucional tras los momentos convulsos vividos en Cataluña.
En el PSOE, que votará a favor, no hay precisamente una unanimidad total. El secretario General de los socialistas, Pedro Sánchez, estuvo este lunes en el País Vasco y Valencia. El Partido Socialista de Euskadi forma parte del Gobierno de coalición con el PNV. En Valencia, el presidente socialista Ximo Puig ha empeñado su palabra en la mejora de la financiación autonómica tras una multitudinaria manifestación este fin de semana. Otros barones socialistas han dejado claro en el pasado su malestar con el acuerdo del cupo.
Sánchez ha tratado de apaciguar los ánimos. Y ha exigido al Gobierno que presente una reforma de la financiación autonómica antes del 31 de diciembre. El líder socialista ha dicho que el PSOE "no va a bloquear" el cupo, pero ha pedido al PP que "deje de lado la desidia" con el resto de comunidades y a Ciudadanos su "hipocresía" y que se acuerden de todos los ciudadanos que viven en el resto de España.
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