La intención de Carles Puigdemont y los ex consellers huidos en Bélgica de no regresar a España ni renunciar a sus actas de diputados puede provocar un efecto búmeran que permita a los partidos constitucionalistas formar gobierno en Cataluña. El separatismo está rozando la mayoría absoluta de escaños (nunca en votos) el 21-D gracias a una ley electoral que favorece a las provincias menos pobladas. Pero los partidos constitucionalistas, según todas las encuestas, les pisan los talones y amenazan con un vuelco electoral histórico.
Puigdemont y los cuatro fugados han dejado en al aire su regreso a España tras la decisión del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena de retirar las euro órdenes de detención y entrega. Si siguen en Bélgica y no renuncian a su acta para que corra la lista, las fuerzas independentistas perderán cinco diputados decisivos en una votación de investidura.
La mayoría absoluta está en 68 escaños. Cada diputado cuenta para una aritmética parlamentaria que se prevé diabólica. Puigdemont es cabeza de lista de Junts per Catalunya, donde le acompañan Clara Ponsatí y Lluís Puig. Meritxell Serret y Toni Comín van en la candidatura de ERC. Los cuatro consejeros de Bruselas ocupan puestos de salida. El abogado de Serret y Comín, por ejemplo, ha asegurado que sus clientes seguirán durante años en Bruselas. Pero en ningún momento ha hablado del acta.
El constitucionalismo, dependiendo del resultado final que obtengan la suma de Ciudadanos, PSC y PP, podría hacerse con la presidencia de la Generalitat por mayoría simple en segunda votación sin ni siquiera necesitar la abstención de Catalunya en Comú Podem. No es un escenario tan improbable, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y el resto de encuestas publicadas hasta el momento.
Puigdemont, un problema
Puigdemont se ha convertido paradójicamente en el mayor problema del separatismo. El expresidente catalán y sus abogados han cantado victoria tras la retirada de las euro órdenes. Pero las consecuencias políticas de la resolución judicial colocan a los cinco huidos en una situación muy compleja. Si permanecen en Bruselas como diputados electos, pierden escaños decisivos. Si renuncian al acta, no sólo dejan el aforamiento y un sueldo para vivir, sino que además la candidatura personalísima Junts per Catalunya se queda sin su candidato y único referente.
Los cinco de Bélgica saben que la vuelta a España implica su detención inmediata. Puigdemont ha dicho este jueves que no regresará "sin garantías" de que se permita un Govern independentista. Es cierto que ha dejado su vuelta en el aire, consciente de lo que está en juego. Lo más probable es que el resultado del 21-D tenga un peso decisivo en su decisión. Si su lista es la más votada y tiene posibilidad de formar gobierno puede regresar para ir a la cárcel, poniendo al Gobierno español en un aprieto. La otra opción es quedarse en Bruselas, renunciando o no al acta, y arrogarse la legitimidad en el exilio a riesgo de caer en el olvido.
"¿Si las elecciones, los ciudadanos con sus votos, dicen que quieren el mismo Gobierno que frenó el artículo 155, será respetado o no? Debemos saber esa respuesta antes de decidir si regresar", ha dicho en rueda de prensa.
Puigdemont no ha mencionado la renuncia al escaño como una opción. Existen fórmulas para delegar la recogida del acta que no obligarían al ex presidente a pasar por Barcelona. Pero las votaciones de investidura o incluso para elegir la Mesa del Parlament son presenciales y en urna. Se han hecho algunas excepciones muy puntuales en casos de maternidad. Hace sólo unos meses, los Presupuestos de la Comunidad de Madrid estuvieron a punto de rechazarse porque una diputada del PP estaba de baja médica y no podía votar en la Asamblea. La diputada acabó presentándose y la presidenta Cristina Cifuentes sacó adelante las cuentas.
'Consellers' en prisión
La pérdida de escaños separatistas podría ser mayor si Oriol Junqueras o Joaquim Forn siguen en prisión. Incluso si alguno de los consellers liberados regresa a la cárcel el equilibrio es susceptible de alterarse. Son 10 candidatos -seis de ERC, cuatro de Junts per Catalunya- en total los que están en riesgo de prisión bien por una condena bien porque el juez estime restablecer la prisión provisional como medida cautelar.
Pero en el caso de estar encarcelados, hay precedentes que dan un margen de maniobra a los diputados para salir puntualmente de la cárcel y participar en las votaciones. Es una situación en cualquier caso inédita que sumiría la gobernabilidad de Cataluña en el caos.
La complejidad de estos escenarios, unido al negro panorama judicial que espera a todo el ex Govern de Puigdemont, favorece al constitucionalismo. Las encuestas mantienen la tendencia alcista de estos partidos, especialmente Ciudadanos. Según el CIS, Inés Arrimadas está en disposición de ganar las elecciones. La suma de Cs, PSC y PP iguala en intención de voto al separatismo, pero no alcanza la mayoría absoluta de 68 escaños.
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