El rastro que Igor el Ruso iba dejando por los lugares que iba pasando hacía prever que el individuo que asaltaba los mases del Bajo Aragón cuando caía la noche era un vagabundo que asaltaba viviendas de campo únicamente para alimentarse. Pero la realidad era completamente distinta. La descripción que hizo el cerrajero que forcejeó con él cuando intentó asesinarlo nueve días antes del triple crimen no dejaba lugar a dudas: su atacante era un militar equipado para matar y que iba escrupulosamente limpio. Su declaración, en poder de EL ESPAÑOL, entierra la hipótesis de que el asaltante en las casas de campo de la zona fuera un simple robagallinas.
La Guardia Civil no identificó al fugitivo Norbert Feher hasta la madrugada del 15 de diciembre, horas después de haber asesinado a tres personas en Andorra (Teruel). Sin embargo, los agentes pudieron construir un retrato robot cuando se fugó tras la declaración que hizo su primera víctima en la zona, un cerrajero de Albalate del Arzobispo (Teruel) que ayudó a un vecino a abrir la puerta de la casa de campo donde se escondía el fugitivo de origen serbio el 5 de diciembre.
El cerrajero, Manuel Marcuello, se abalanzó sobre él cuando vio que "iba armado" y le iba a atacar, según la declaración que prestó la víctima ante la Guardia Civil el día que le atacó. Durante el forcejeo, Igor el Ruso perdió el control de la pistola, pero la llevaba atada a la mano, por lo que pudo recuperarla sin problema. Cuando ya estaba en el suelo disparó y el proyectil alcanzó el brazo izquierdo de su víctima, que estaba encima de él. El vecino buscaba desesperado el cuello de su atacante para intentar neutralizarlo, pero le resultó imposible. Incluso herido, consiguió desequilibrar al autor del disparo y aprovechó para salir corriendo e intentar salvar su vida.
Disparó dos veces más
Mientras huía, Marcuello escuchó gritar a su colega, Manuel Andreu, propietario de la casa de campo donde Igor el Ruso fue sorprendido. Antes de salir corriendo para intentar rematar al cerrajero, el serbio disparó a su segunda víctima en el abdomen. Un disparo al que sobrevivió de milagro pero que no consiguió detenerlo: el hombre cogió su coche y llegó como pudo a la comandancia de la Guardia Civil.
Con el brazo destrozado, el cerrajero llegó a Albalate del Arzobispo, situado a 1,2 kilómetros de distancia del lugar del intento de homicidio, por un camino a oscuras. Mientras corría, notó cómo el agresor le disparó hasta en "dos ocasiones", aunque la falta de visibilidad ayudó a que esta vez no acertara. En el trayecto de huida, el herido se vio obligado a "tumbarse en el suelo" a la "orilla del camino" porque se cruzó con varios vehículos. y pensaba que era el atacante que volvía para matarlo.
En la declaración que hizo en el cuartel de la Guardia Civil de Albalate, Marcuello describió al autor de los disparos como un forastero, varón de 1,80 metros de estatura, complexión "fuerte, llegando a estar robusto", "cara redonda y bien afeitado, piel morena".
El cerrajero destacó que le llamó mucho la atención "lo impecable que iba vestido": con ropa "limpia" y las botas "brillantes". Además, aseguró que vestía "militar de camuflaje" y que llevaba puesta una gorra del "ejército español con el águila amarilla en el frontal", "un abrigo tres cuartos militar" y el pantalón militar con los bajos metidos por dentro de las botas militares. Con esta descripción se pudo hacer el retrato robot que se distribuyó una vez que Igor el Ruso ya había matado a tres personas a escasos kilómetros de donde lo intentó días antes. Nadie filtró esa fotografía para alertar a la población de la comarca de que ese era el perfil de la persona que se buscaba.
Hospitalizado durante semanas
En cuanto al arma con la que efectuó los disparos, declaró que era "un arma corta, automática, de color negro con el orificio de la ventana de expulsión de las vainas desgastado". A consecuencia de las heridas producidas por los disparos, Marcuello tuvo que ser hospitalizado durante semanas en el centro de Alcañiz.
Cuando nueve días después de aquel intento de homicidio Igor el Ruso mató a los dos guardias civiles y al ganadero José Luis Iranzo, Manuel Marcuello hizo un reconocimiento fotográfico del detenido y lo reconoció "sin ningún género de dudas" como la persona que le había atacado a él la noche del 5 de diciembre.