El Partido Popular se ha derechizado en tan solo 24 horas. Por un lado, Arco decidía este miércoles retirar una exposición del artista Santiago Sierra sobre "presos políticos" en España y el PP evitó censurar la medida. Casi al mismo tiempo, se desvelaba que los conservadores no secundarán la huelga feminista convocada para el 8 de marzo porque, a su juicio, es "elitista" y "enfrenta a hombres y mujeres". Una estrategia que puede responder al descenso de apoyo en las encuestas y a un intento de recuperar a su votante perdido.
Ha sido Ifema la que ha solicitado a la galería Helga de Alvear la retirada de la obra de Sierra por la polémica que ha suscitado en los medios la exhibición de esos cuadros. Desde la Comunidad de Madrid, donde gobierna Cristina Cifuentes (PP), se han limitado a decir que es una "decisión consensuada entre la dirección de Ifema y la galerista". Y que, por tanto, "no soy quién para valorar decisiones tomadas entre dos partes".
Ifema, sin embargo, es una entidad participada por la Comunidad de Madrid, Ayuntamiento, la Cámara de Comercio e Industria y la Fundación Obra Social y Monte Piedad de Madrid. En una junta rectora celebrada este mismo miércoles, se ha avalado la decisión de retirar el stand sin tener en cuenta la petición de rectificación que pedía el Ayuntamiento, institución gobernada por Manuela Carmena. De hecho, desde la Comunidad de Madrid reconocen que no comparten "en absoluto" el relato de Santiago Sierra "porque en España no hay presos políticos".
La decisión ha provocado un terremoto tan grande como el argumentario del PP para oponerse a la huelga feminista del 8 de marzo. De hecho, los conservadores piensan que es un parón ideológico solo para "hacer ruido" y se muestran partidarios de cambiar la sociedad para conseguir igualdad con hechos.
Para no apoyar la huelga, el PP la tacha de "oportunista" que solo busca desgastar al Gobierno. De hecho, se pregunta por qué Susana Díaz se suma "teniendo en Andalucía la tasa de paro femenino más alto de España, con más de 500.000 mujeres sin empleo".
Los conservadores van más allá y dicen que esta huelga es insolidaria con las mujeres autónomas, "que tienen un negocio y no pueden cerrar" y con las cuidadoras, "mujeres que cuidan, en soledad, de mayores y que si ellas no hacen su trabajo nadie lo hará por ellas". Por eso creen que es una huelga de "élites feministas, pero no de mujeres reales con problemas cotidianos".