Sevilla

Cristina Cifuentes llegó a Sevilla al mediodía de este viernes rodeada de una nube de periodistas que le siguieron hasta el coche que la esperaba en la estación de tren de Santa Justa. Aún no había hablado el rector de la Universidad Rey Juan Carlos que reconocía que no había ni rastro de su máster en el centro. La presidenta de la Comunidad de Madrid abrió literalmente la Convención Nacional del Partido Popular en Sevilla para reafirmarse en su postura: que ella defendió personalmente su trabajo fin de máster ante un tribunal que ni recuerda quién lo formaba ni lo ha buscado para que ratifique su versión. Las explicaciones sobre si hubo alguna ilegalidad, entiende la presidenta, hay que pedírselas a la Universidad.

Muy poca gente en el Partido Popular cree a Cifuentes, aunque la versión oficial la brindó la secretaria general del partido nada más inaugurar el congreso: "Hay que defender a los nuestros". María Dolores de Cospedal hizo una férrea defensa pública de la presidenta de la Comunidad de Madrid en un intento de sofocar un incendio que parece no apagarse nunca. El objetivo inmediato de Génova es intentar que el caso del máster no arrase la convención y monopolice un cónclave que estaba diseñado para levantar la moral a los militantes que se examinan ante las urnas en 2019. 

El guion, sin embargo, ha saltado por los aires desde que el rector de la Universidad ha dejado sin coartada a Cifuentes. La mayoría de los centenares de militantes del PP que se citaron en Sevilla no salía de su asombro ante la firmeza con la que la presidenta de la Comunidad de Madrid volvía a defender su postura. "Es una huida hacia adelante que no conduce a ninguna parte", "si el primer día hubiera reconocido el error quizá se hubiera podido salvar. Ahora ya no", "somos el meme de España".

El Gobierno no ha querido hacer ninguna valoración pública sobre el tema. Tampoco los ministros que acudieron a la apertura de la convención quisieron respaldar de manera oficial a la baronesa madrileña. En Moncloa y en Génova sienten un cierto alivio porque el caso se haya judicializado y se remiten al futuro resultado de esa investigación para decidir el futuro de Cristina Cifuentes, que a última hora del día colgaba en sus redes sociales una fotografía junto al presidente del Gobierno. Era su manera de hacer entender al mundo que ella sigue contando con su respaldo.

¿Otro tándem?

Muchos en el partido ya la dan por amortizada y en muchos corrillos ya se buscaba candidato para 2019. El vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría eran los nombres que más se repetían. De momento, en la dirección nacional del PP permanecen al lado de la presidenta del PP madrileño.

La sensación generalizada es que "es una pena" que "se tenga que ir por esto". Pero todo el mundo recuerda ahora que Cifuentes abanderó la lucha contra la corrupción y ella misma puso el listón tan alto en su partido. "Si te han pillado a ti te tienes que ir", alegan. También sorprende mucho en el partido "que se haya enrocado de esa manera" cuando "las evidencias son rotundas".

Un sustituto a la murciana

En Génova miran muy de cerca qué pasos va a dar Ciudadanos y se preguntan qué decisión tomará respecto a la moción de censura que ha puesto en marcha el PSOE para desbancarla. En el partido conservador creen que no la apoyará y que la apuesta de Albert Rivera será exigir al PP otro candidato a cambio de dejarles la Real Casa de Correos hasta las elecciones de la primavera de 2019. "Copiar el mismo guion que en Murcia: poner a alguien en el último momento pero retener la Comunidad". El PP no olvida que "únicamente" gobierna ahora en cinco autonomías: Castilla y León, Murcia, Madrid, La Rioja y Galicia. "No nos podemos permitir perder ninguna", se lamentan.