Cristina Cifuentes anunció su dimisión como presidenta de la Comunidad de Madrid al filo del mediodía, apenas unos minutos antes de que Mariano Rajoy entrara por la puerta del Congreso de los Diputados para acudir al debate de los Presupuestos Generales del Estado. El Partido Popular amaneció este miércoles con un vídeo en el que se veía a la ya expresidenta robando unas cremas en un supermercado y el presidente del Gobierno entendió que había llegado el momento de que Cifuentes presentara inmediatamente su dimisión.
La baronesa aceptó entregar la Real Casa de Correos a regañadientes, pero se resistió, de momento, a dejar también la presidencia del PP madrileño. Un cargo que Génova le forzará también a dejar en las próximas semanas. El presidente, sin embargo, dejará que Cifuentes siga siendo diputada rasa "si quiere quedarse". Un puesto que le permitirá seguir siendo aforada y tener un sueldo público hasta las elecciones de 2019.
Desde que a primera hora de este miércoles se viralizó un vídeo en el que se ve a Cifuentes en un cuarto vaciando su bolso ante un agente de seguridad, la dirección nacional del Partido Popular abrió un gabinete de crisis. Rajoy dio la orden de que la madrileña renunciase a su puesto "antes de las 12", la hora a la que comenzaba el pleno en el Parlamento. Fue María Dolores de Cospedal, amiga personal de la ya expresidenta, la que asumió la misión encomendada por Rajoy.
A primera hora de la mañana, cuando Rajoy estaba de paseo por los jardines de Moncloa con el presidente mexicano Enrique Peña Nieto, la secretaria general del PP se reunió con Cifuentes y su núcleo duro en la Puerta del Sol. La 'número dos' del partido le trasladó el mensaje de que el presidente quería su dimisión antes de que empezara la sesión plenaria en el Parlamento. La presidenta citó antes a sus colaboradores más cercanos -su jefa de gabinete, Marisa González; el consejero de Presidencia, Ángel Garrido, y la consejera de Transportes, Rosalía Gonzalo-, para sopesar ya su dimisión inmediata.
El equipo de la madrileña convocó a los medios de comunicación a las 11.30, con apenas quince minutos de antelación de su comparecencia pública donde no aceptó preguntas. Cifuentes renunció a su cargo al frente de la Comunidad de Madrid tras reconocer que se había llevado "por error" unas cremas. El guion marcado por Rajoy se cumplió. A las doce en punto, el jefe del Ejecutivo pudo entrar en el Congreso y anunciar que se "abre una nueva etapa en el PP de la Comunidad de Madrid". El jefe del Ejecutivo se limitó a decir ante las cámaras que Cifuentes "ha hecho lo que tenía que hacer". No tuvo ni una sola palabra de agradecimiento ni la felicitó por los trabajos hechos al frente de la Real Casa de Correos. "La ha dejado tirada como una colilla", "no se merece un final así", se lamentan diputados del PP madrileño. El presidente ni siquiera la telefoneó para pedirle personalmente su dimisión, como ella pidió unos días atrás.
Garrido, presidente en funciones
El presidente del Gobierno no salió en todo el día del Congreso de los Diputados. Allí se reunió con el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, para buscar soluciones al endiablado tablero madrileño, donde de momento se queda Ángel Garrido al frente hasta que se elija al sustituto oficial de Cifuentes. Será el hasta ahora consejero de Presidencia quien presidirá los actos del 2 de mayo, el día grande de la Comunidad de Madrid en el que la expresidenta tenía pensado presentar su dimisión.
La dirección nacional del PP busca ahora quién es la persona idónea para sustituir a Cristina Cifuentes en la Real Casa de Correos y la opción Garrido no es del agrado de la planta noble de Génova. El entorno de Rajoy reconoce que "aún tenemos la duda de si ponemos a alguien de transición u otra persona para proyectar en el futuro". De momento, lo más urgente es "dejar pasar unos días" y buscar a "alguien limpio" entre la fila de la bancada azul de la Asamblea de Madrid: el presidente debe tener escaño en el Parlamento para ser investido.
El plazo para la investidura ya está en marcha y el sustituto oficial de Cifuentes deberá enfrentarse a una sesión de investidura en un plazo de 15 días a contar desde este miércoles, el día que Cifuentes presentó su dimisión. La dirección nacional del PP remarca que "el sustituto lo elige Génova" igual que "eligió al candidato oficial" y recuerdan que el Comité Electoral Nacional se convocará para designar al futuro presidente de la Comunidad de Madrid.
Gestora si se enroca
Sea quien sea la persona finalmente elegida, el PP tendrá además que atar esta investidura con Ciudadanos, un partido que no ha puesto ninguna pega a que los conservadores mantengan el poder siempre y cuando "sea un candidato limpio". De momento no hay ningún nombre oficial encima de la mesa porque "aún no hay una decisión tomada sobre qué se quiere hacer". La dirección nacional quiere dar una tregua a Cifuentes antes de pedirle su renuncia también en el PP madrileño. En la cúpula del PP confían en que la madrileña "no se enroque". Porque, si lo hace, advierten de que la solución será imponer una gestora. El objetivo final es llegar "con algo de vida" a las elecciones de 2019 y tener alguna opción de volver a ganar las elecciones en un feudo "importantísimo" para los conservadores.