Con la salida fulminante de Mariano Rajoy del Gobierno, se alzan voces en el Partido Popular que piden a la dirección nacional empezar cuanto antes una renovación "de arriba abajo" que les ayude a reconquistar al votante perdido, indignado con la corrupción y la falta de respuestas a algunos de los problemas más acuciantes, como la crisis en Cataluña.
La nueva etapa que reclaman los afiliados es en realidad una refundación que incluya incluso el cambio de la sede nacional: "Hay que empezar por vender la sede de Génova. Los que robaron están fuera del partido, pero seguimos en una sede que todos los españoles relacionan con corrupción", manifiestan a EL ESPAÑOL representantes de distintas federaciones autonómicas. El cambio empezaría por "venderla e instalarnos en un sitio más adecuado a las circunstancias y la época actual. Ese edificio está relacionado ya con otra época, con el pasado, manchado por escándalos", insisten.
Mariano Rajoy ha convocado a su Comité Ejecutivo Nacional para este próximo martes, y ahí se acometerán los primeros cambios de un partido que vuelve a la oposición siete años después. Sin embargo, los militantes de base piden "actuar" de forma inmediata para poder hacer frente a unas elecciones municipales y autonómicas que se celebrarán dentro de menos de un año.
¿También cambio de nombre?
Una vez asumido la salida del Ejecutivo, hay conservadores que creen que esta etapa se puede aprovechar para "reorganizarnos, limpiarnos y afrontar el futuro con dignidad". Los más indignados con la forma con la que la cúpula del PP ha asumido la sentencia de Gürtel, sin pedir perdón e insistiendo en que la condena es civil y no penal, van más allá y piden incluso un cambio en el nombre del partido similar al que se hizo cuando Alianza Popular pasó a llamarse Partido Popular.
La clave está en hacer ver al electorado "que tomamos nota de los errores y que hacemos algo por cambiar". "No solo hay que aparentarlo, también hay que hacer cosas que lleguen a la gente", advierten. En las organizaciones autonómicas, los cargos que se medirán en las urnas en 2019 quieren que sea la dirección nacional la que dé un paso al frente para insuflar algo de aire a las filas, acusadas de corrupción por el mero hecho de ser del PP.
"Todo el mundo relaciona al PP con Gürtel, con la corrupción. No es justo que vayas por la calle y te señalen por eso", se quejan. A menos de un año de las elecciones, los cambios tienen que llegar "cuanto antes" para poder hacer frente al ascenso imparable de Ciudadanos, una formación que no para de crecer a costa de las filas conservadoras. "Tenemos tiempo para reaccionar y que los españoles vean el desastre que supone que gobierne el PSOE con Podemos y entender que lo mejor para España es que vuelva el PP", añaden.
Feijóo, el mejor posicionado
La etapa que se abre ahora es "ilusionante" tras tantos años señalados por los escándalos. Los más transparentes piden también que el futuro presidente sea elegido a través de un congreso extraordinario, pero saben que no es lo más importante ahora de cara a la ciudadanía. "Son nuestras primarias, pero la cuestión más urgente que hay que resolver no es esa".
Nadie sabe todavía si Rajoy va a dar un paso atrás también en el partido una vez que Pedro Sánchez lo ha echado de Moncloa. La teoría más extendida es que se quedará en la presidencia del partido para pilotar una transición que quiere dejar hecha él. El barón mejor posicionado es el gallego Alberto Núñez Feijóo. Prácticamente todo el partido se siente identificado con él, el único presidente autonómico que gobierna con mayoría absoluta. "Buen gestor, con buen olfato político. Si nos presentamos con él a las próximas elecciones arrasamos en las urnas", confiesa un alto dirigente de la formación.
El trasvase incesante de votantes del PP hacia Ciudadanos ha hecho que todas las federaciones hayan encendido las alarmas. "Hay que recuperar sobre todo al votante joven, el de menos de 35 años. No podemos aguantar solo con los jubilados", se lamentan. La mayoría de las fuentes consultadas coincide en que "ha llegado el momento de ejecutar cambios reales para reconectar con nuestras bases. Y si hace falta volver a pedir perdón, pedirlas las veces que hagan falta". Ahora, de momento, toca un fin de semana de "duelo" y confiar en que los primeros anuncios los haga Rajoy el martes... todavía desde Génova.