Mariano Rajoy convocó a su Comité Ejecutivo Nacional este martes tras su salida estrepitosa de La Moncloa. Desde que el viernes durmió por primera vez en su casa de Aravaca, el expresidente del Gobierno se puso en contacto con su entorno más cercano para escuchar sus opiniones y tomar una decisión meditada que solo conocían antes de anunciarse María Dolores de Cospedal, Fernando Martínez-Maillo y Soraya Sáenz de Santamaría.
Finalmente ha apostado por irse de forma rápida, en un proceso en contra de lo que se había barajado: a través de un congreso extraordinario y sin imponer a su sucesor, como hizo José María Aznar con él hace quince años. "Desde el primer momento estaré a la orden de quien elijáis. A la orden es a la orden", anunció, en un tono que muchos entendieron que iba dirigido precisamente a su antecesor, que lo criticó en público todas las veces que quiso.
El anuncio de la marcha de Rajoy pilló a todo el partido con el pie cambiado, que pedía a gritos cambios pero no se esperaban que el relevo fuera a ser tan inminente. Este martes era un día para "despedirle a él" y por eso, al menos por un día, más de una veintena de dirigentes tomaron la palabra para propinar sendos piropos al que todavía sigue pilotando el Partido Popular.
El discurso más esperado fue el del gallego, Alberto Núñez-Feijóo. El único presidente que gobierna con mayoría absoluta en España agradeció a Rajoy los servicios prestados y aseguró, visiblemente emocionado, que los grandes presidentes que había tenido España eran "Suárez y tú". No habló ni dentro ni fuera sobre su posible paso al frente para convertirse en el líder nacional, aunque todas las fuentes consultadas coinciden en que "es el mejor posicionado sin ninguna duda para sucederle" y nadie duda de que dará el paso al frente "cuando corresponda". "Es un suicidio ir contra él", resumía otro barón autonómico.
Santamaría no será portavoz
También tomó la palabra Soraya Sáenz de Santamaría, que agradeció en nombre del Gobierno que había acompañado en Moncloa a Rajoy las decisiones que el presidente había tomado durante los seis años y medios que había durado su Ejecutivo. El líder del PP ha optado por no hacer ningún cambio de última hora y dejará la reorganización del partido y de los grupos a su sucesor. De esta manera, la vicepresidenta en funciones pasará a ser diputada rasa cuando entregue su cartera a su sucesora, Carmen Calvo.
Hubo muchas maniobras para evitar que Rajoy la colocara de nuevo como portavoz en el Congreso, un puesto que seguirá ejerciendo Rafael Hernando al menos hasta este verano, cuando el PP se renueve definitivamente. En este camino hacia la sucesión de Rajoy, hay quien ve a Santamaría ya fuera. "Su única baza hubiera sido que el presidente hubiera dimitido la semana pasada para que la moción de censura decayese y convertirla a ella en presidenta en funciones, aunque luego su candidatura no hubiera prosperado", describía un barón autonómico a este periódico.
Cospedal y su poder de Castilla-La Mancha
Aquella filtración de que Rajoy dimitiría antes de que la moción prosperara fue entendida por el entorno de María Dolores de Cospedal como una maniobra de la vicepresidenta para presionar al líder y quedarse ella con la presidencia del Gobierno sin pasar por las urnas. El jueves por la tarde, mientras Rajoy ahogaba sus penas en un restaurante madrileño mientras el Congreso avanzaba su moción de censura, la secretaria general del PP improvisaba una rueda de prensa en el Parlamento para anunciar públicamente que el presidente no dimitiría de ninguna de las maneras. Hay quien mantiene que Cospedal afeó a Santamaría que ella hubiera filtrado aquella información para beneficiarse de la situación tan delicada que atravesaba el presidente.
En las quinielas para suceder al líder tampoco se descarta que se postule María Dolores de Cospedal, 'número dos' del PP, todavía presidenta del partido en Castilla-La Mancha. Aunque es cierto que la ministra de Defensa en funciones está intrínsecamente vinculada al proyecto de Mariano Rajoy cuenta con el respaldo unánime de una federación y podría recabar apoyos para disputar la presidencia a Feijóo. En el partido tampoco se descarta que dispute el sillón algún militante de corte más liberal, como por ejemplo el balear José Manuel Bauzá.
No obstante, el futuro está todavía por escribir. La Junta Directiva Nacional que pondrá fecha a ese congreso extraordinario del que saldrá el sucesor de Mariano Rajoy se celebrará el lunes. Todo el mundo da por hecho que el cónclave se celebrará a finales de julio para que el partido esté a punto a la vuelta de verano. Las bases han recibido la noticia como un balón de oxígeno, como una oportunidad para regenerarse y poder, "ahora sí", hacer frente "con dignidad" a Ciudadanos. El pronóstico que se hacen muchos militantes en el PP es similar: "Si llega Feijóo a Madrid, en mayo arrasamos y Cs desaparece".