Rajoy añadirá al sueldo de registrador despacho, secretaria, chófer y escolta como expresidente
- El expresidente solicita acceder a las prerrogativas que le corresponden por haber sido inquilino de La Moncloa.
- Solo renuncia a su sueldo vitalicio de 80.000 euros, incompatible con el desarrollo de una actividad privada.
Decidió abandonar la primera línea política el 1 de junio, cuando prosperó la moción de censura que lanzó apenas unos días antes Pedro Sánchez. Mariano Rajoy no se quedó con el escaño que le correspondía como diputado raso ni con la nómina de expresidente del Gobierno, sino que optó por recuperar su plaza de registrador de la propiedad en Santa Pola (Alicante). Un puesto en el que solo tuvo que estar un mes: hace dos semanas, consiguió el traslado al Registro Mercantil número 5 de Madrid.
Una vez que decidió recuperar el puesto de registrador, Rajoy renunció automáticamente al sueldo vitalicio -80.000 euros- que le correspondía como expresidente del Gobierno, según recoge el Estatuto que regula su situación. Sin embargo, puede dedicarse a una actividad privada como el común de los mortales y, además, beneficiarse de las prebendas que le corresponde por haber sido inquilino de la Moncloa durante seis años y medio.
El portal Maldita.es desveló este martes que el antecesor de Pedro Sánchez en el Gobierno ya ha solicitado el acceso a las prerrogativas recogidas en el Estatuto del expresidente. ¿Esto qué significa? Que mantiene el tratamiento de presidente y el Estado le pone a su disposición dos empleados -nivel 30 y nivel 18-, además de pagarle una oficina, coche oficial con chófer y seguridad. Un trato VIP que, en el caso de fallecer, podría disfrutar su viuda si lo solicita.
Mariano Rajoy también puede viajar de forma totalmente gratuita en cualquier medio de transporte del Estado y si sale fuera de España los servicios diplomáticos le prestarán apoyo. Es decir, si el expresidente del Gobierno viaja a un país extranjero, puede pernoctar en inmuebles propiedad del Estado -casi siempre embajadas- sin abonar ni un solo céntimo.
El último presidente del PP que estuvo en el Gobierno hizo algo que dos de sus antecesores no habían hecho: renunciar voluntariamente a ingresar al Consejo de Estado, donde los expresidentes tienen un sillón como consejeros nato. El socialista José Luis Rodríguez Zapatero ingresó en las filas de este órgano consultivo en 2011 y cesó de forma temporal y voluntaria cuatro años después. Menos tiempo en el cargo estuvo José María Aznar, que también eligió este organismo como su primer destino tras salir de La Moncloa pero renunció un año después, en el año 2006, para irse a la empresa privada. Felipe González, Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo-Sotelo tampoco formaron parte de este órgano consultivo nunca.
Rajoy consiguió la plaza de registrador de la propiedad con 24 años, pero toda su vida la ha dedicado a la política. Su puesto en Santa Pola lo ocupó durante 28 años de forma ininterrumpida e interina su compañero y amigo Francisco Riquelme, que le cedió el sillón en cuanto el expresidente fue expulsado de La Moncloa. El exjefe del Ejecutivo se fue rápidamente a Alicante, desde donde siguió el Congreso Extraordinario de donde salió el nombre de su sucesor: Pablo Casado.
Sin embargo, su esposa Viri Fernández y sus hijos se quedaron en Madrid. El expresidente ya había solicitado el cambio a un despacho de la capital que apenas tardó unas semanas en llegar. De momento, en agosto disfruta de unas vacaciones en su tierra, Galicia y en septiembre se incorporará a la nueva plaza dos años antes de jubilarse.