Los 141 inmigrantes que viajan en el Aquarius ya tienen dónde ir. Seis países de la Unión Europea han llegado a un acuerdo este martes y se los repartirán así: España acogerá a sesenta, Francia otros sesenta, Alemania cincuenta, treinta irán a Portugal, Luxemburgo se quedará con cinco y Malta e Italia se repartirán otros cincuenta. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aprovechado el acuerdo para colgarse la llegada un día después de asegurar que España "no era el puerto más seguro". Este martes aseguraba que "España ha coordinado un acuerdo pionero con seis países para distribuir la cogida de las personas del Aquarius".
El anuncio del jefe del Ejecutivo ha sido pronto rectificado por el presidente francés. Emmanuel Macron ha hecho público que el acuerdo partió de una iniciativa franco-maltesa y se atribuyó el acuerdo. "Agradezco a Malta su gesto humanitario y le aseguro la plena solidaridad de Francia. No hay alternativa a la cooperación", difundía en redes sociales. El primer ministro de Malta, Joseph Muscat, también ha destacado que el acuerdo ha sido fruto de la cooperación entre Malta y Francia, y agradece el apoyo al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker y al presidente del Consejo Europe, Donald Tusk, pero no hace ni una sola mención a España.
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha improvisado una rueda de prensa en la subdelegación del Gobierno de Córdoba para felicitar a la Unión Europea por la solución conjunta, que era la que perseguía el presidente Sánchez. Además, la 'número dos' del Ejecutivo ha adelantado que lo más probable es que los inmigrantes que lleguen irán a Cataluña.
Tras conversar con la Generalitat, que ofreció los puertos de su propiedad para atracar el barco, Calvo ha asegurado que si bien Quim Torra no tenía "competencias" en los puertos para recibir al Aquarius sí pueden dar asistencia humanitaria. Desde Moncloa se felicitaban también por haber sellado "la primera operación de este tipo de distribución de migrantes entre varios estados eurolpeos" y se alegraban de que con este pacto Sánchez no sea tachado de insolidario ante esta crisis humanitaria.
La propia Calvo ha recordado que han pasado "48 horas de responsabilidad y prudencia" y que ahora ha llegado el momento de poder decir que "las personas que están en el Aquarius no corren peligro" porque "Europa tiene una respuesta". La vicepresidenta defendió también al presidente Sánchez y recordó que "quiso dar un giro a la política europea para afrontar la presión migratoria en nuestras fronteras. Pero nos parece que es una cuestión de toda Europa".
Todavía no se sabe con qué condiciones llegarán a Europa estos migrantes. Calvo ha insistido en que su Ejecutivo responderá con "derecho interno y legislación internacional" porque el objetivo es "fortalecer los valores democráticos en Europa" y no utilizar más la inmigración "como un arma arrojadiza política". El Aquarius tiene 141 inmigrantes a bordo, de los cuales 73 son menores de edad y muchos de ellos ni siquiera llegan acompañados de sus padres. Son "especialmente vulnerables" que contarán "con todas las protecciones de nuestro Estado de Derecho".