El pacto entre Gobierno y Podemos para quitarle al Senado la capacidad de vetar la senda de déficit se ha concretado este viernes con el registro de una proposición de Ley suscrita por PSOE, Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, ERC y Compromís, para la que se ha solicitado el trámite rápido en lectura única.
La aprobación de esta reforma, y de la senda de estabilidad conforme al trámite modificado, retrasarán la presentación de los Presupuestos de 2019 que difícilmente se aprobarán antes de que acabe septiembre, como ha reconocido la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, que ha restado importancia a la demora.
Según ha dicho tras el Consejo de Ministros, lo importante ahora es acabar con la prerrogativa "excepcional e inentendible" que tiene la Cámara Alta para vetar la senda de estabilidad, a pesar de que la Constitución da prevalencia al Congreso en la tramitación de las leyes con carácter general.
Con la reforma se sorteará la mayoría absoluta del PP en el Senado y se podrá aprobar la senda de déficit renegociada por el Ejecutivo socialista con Bruselas, que sólo para 2019 supone un margen presupuestario de cinco décimas de PIB, unos 6.000 millones de euros que la vicepresidenta ve fundamentales para mejorar el Estado de bienestar.
Sin embargo, el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, ha dicho al Gobierno que "si no le gusta" la composición del Senado, debería convocar elecciones para conocer la opinión de los españoles.
Villegas ha cuestionado al Gobierno por pactar con "populistas y extremistas" una medida que supone "hacer trampas" para poder aprobar un aumento del déficit.
Retraso de los Presupuestos
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, considera que la modificación de la ley "es tan importante para la realidad de este país que desde luego merecen la pena los trámites previos, incluido que no lleguemos a algún plazo puntual concreto", ha afirmado Calvo en referencia al retraso de los Presupuestos.
La vicepresidenta ha asegurado que detrás la ley de Estabilidad Presupuestaria de 2012 se escondía el interés partidista del PP, que otorgó al Senado un poder extraordinario para vetar los objetivos de déficit al que el Consejo de Estado se opuso en su informe sobre la norma.
En la actualidad el acuerdo de Consejo de Ministros que fija los objetivos de estabilidad presupuestaria (y que también incluye el techo de gasto del año siguiente) es votado por el Congreso y el Senado, devolviéndose al Gobierno si alguna de las dos Cámaras lo rechaza.
Tras la reforma, si el Senado veta la senda de estabilidad, se hará una segunda votación en el Congreso donde quedará ratificada por mayoría simple.
El procedimiento en lectura única acortará sustancialmente la tramitación de la proposición de Ley al reducirse a un debate similar a los de totalidad, sometiendo el conjunto del texto a una sola votación si así lo decide el Pleno del Congreso.
"Reforma antidemocrática"
El PP ha vuelto a decir que la reforma es antidemocrática. El portavoz adjunto del grupo popular en el Congreso, Guillermo Mariscal, ha acusado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de querer "amordazar al Senado para ocultar una subida brutal de impuestos".
En su opinión, impedir el voto de los senadores en esta cuestión supone un "desprecio" a los votantes y a los Parlamentos autonómicos, además de "cambiar las reglas del juego a mitad del partido" cuando se va perdiendo.
Por parte de Unidos Podemos, el secretario general del grupo, Txema Guijarro, se ha mostrado confiado en que la reforma saldrá adelante porque otros partidos como PNV y PDeCAT también se han manifestado a favor de la proposición de Ley aunque no la hayan firmado.
A su juicio, el acuerdo para dejar al PP "fuera de la ecuación" ha sido clave para despejar la negociación de los Presupuestos de 2019, que apenas acaba de empezar con Podemos y que todavía no ha arrancado con el resto de partidos.