Barcelona es un objetivo prioritario en la agenda de Albert Rivera. La Ejecutiva de Ciudadanos se resiste a confeccionar un plan B: "El candidato debe ser Manuel Valls". Para convencer al ex primer ministro francés, los naranjas están dispuestos a borrar su nombre de la papeleta electoral.
Valls desea lograr la alcaldía envuelto en una organización que trascienda las siglas y los partidismos. Un mensaje que hace tiempo trasladó a Rivera, con quien mantiene una buena relación personal. Una premisa que los de centro están dispuestos a aceptar. "El nombre no nos quita el sueño", confirma a este periódico uno de sus dirigentes.
Este verano, Valls comenzó una búsqueda entre constitucionalistas para perfilar la lista que encabezará en los comicios de 2019. Para cumplir su objetivo "mantiene una agenda frenética, repleta de cenas", confiesa un empresario que se entrevistó con él. Aunque PP y PSOE ya han descartado formar parte orgánicamente del proyecto, algunos pesos pesados vinculados al bipartidismo podrían acompañar al todavía diputado en la Asamblea francesa y concejal en Evry, donde fue alcalde durante once años.
Este supuesto tampoco solivianta a Ciudadanos, que precisamente creó la plataforma España Ciudadana para ensanchar las fronteras del constitucionalismo en Cataluña. Una entidad que ha acogido al propio Valls y también a Joan Mesquida, director con el PSOE de la Policía y la Guardia Civil. "Trabajamos para que la fórmula elegida sea la que nos permita ganar", relatan a este diario las fuentes consultadas.
"Confianza absoluta"
Las reuniones de Valls con ciertos exponentes de la burguesía catalana han llegado a interpretarse como "guiños al catalanismo". La Ejecutiva de Ciudadanos es consciente de esos encuentros, pero niega cualquier tipo de sospecha: "Nuestra confianza en él es absoluta. Prueba de ello es la gran ayuda que ha prestado en la lucha contra el separatismo. Su postura en esto no esconde ningún tipo de ambigüedad". Además, recalcan desde la cúpula de Cs, esas reuniones no implican que todos los invitados vayan a engrosar la candidatura. Según ha constatado EL ESPAÑOL, Valls hace esfuerzos para integrar también al entorno de Pasqual Maragall.
A pesar del mensaje unánime que trasladan las autoridades nacionales de Ciudadanos, sí que es cierto que algunas de estas reuniones han levantado suspicacias en el grupo municipal del partido en el Consistorio barcelonés, que actualmente cuenta con cinco concejales -por encima de PP (3) y PSOE (4), pero lejos de Colau (11) y CiU (10)-.
La "confianza" en Valls es tal que Ciudadanos lleva varios meses esperando a que el francés termine de deshojar la margarita. "Entendemos que se trata de una decisión puramente personal. Nos consta que, desde que le hicimos el ofrecimiento, el bipartidismo ha intentado interferir. Si da un paso adelante, puede dejarles en fuera de juego", desgrana otro dirigente del partido naranja.
Esa fiabilidad es la que permite a Rivera contemplar la desaparición del nombre de su partido en la papeleta, aunque lógicamente podría tratar de aportar su signo, como ocurre con la plataforma España Ciudadana. "Todavía es pronto para hablar de eso, de verdad", despejan en los despachos de la calle Alcalá.
Pros y contras de Valls
Valls es un candidato especialmente afilado para tratar de desbancar a Ada Colau porque el debate municipal, además de la variable nacionalista, incluye elementos como la proyección de la ciudad y la atracción de la inversión y los eventos internacionales. El objetivo de Ciudadanos y del propio Valls es dibujar una dicotomía entre la "gestión seria" y el "populismo".
No obstante, su proyecto también esconde una ardua dificultad. La confiesa un empresario presente en alguna de las cenas organizadas por Valls: "La política municipal obliga a dar respuestas a problemas muy concretos, como por ejemplo, parques jardines, recogidas de basuras... En eso, él puede generar desconfianza. Su gran desafío pasa por encontrar un equipo que, más allá de los figurines, aporte a su candidatura esas cualidades".
En cuanto Valls dé un paso al frente, Ciudadanos espoleará a su electorado y se volcará con el proyecto. El candidato a la alcaldía también contará con los resortes de Sociedad Civil Catalana (SCC), que se ha erigido como matriz constitucionalista mayoritaria durante los últimos años. Queda por ver cuál es la cuota de influencia que los naranjas tendrán en la lista y quiénes serán los elegidos entre otras formaciones -presumiblemente PP y PSOE- para acompañar al todavía diputado francés.