Pablo Casado enviaba un balón envenenado a Ciudadanos nada más empezar la sesión de control en el Congreso de los Diputados: "Presenten una moción de censura contra Torra. Contarán con el PP". La Ejecutiva naranja, por medio de Juan Carlos Girauta, no ha tardado ni un par de horas en responderle: "Para que eso prospere, el constitucionalismo necesita 68 escaños y actualmente cuenta con 65".
Desde que Inés Arrimadas se convirtió en la candidata más votada de Cataluña, el PP ha tratado de empujarla al precipicio. La presionaron para que intentara la investidura, a sabiendas de que la aritmética la condenaría. Ahora, Casado le ha tendido la mano para arrastrarla al abismo, consciente de que la de Ciudadanos presentaría su proyecto y perdería. "No caben florituras parlamentarias. La única forma de echar a Torra es aplicar el 155", ha contestado Girauta.
En este último punto, los populares y los de centro están de acuerdo, pero Pedro Sánchez ha reiterado que hará todo lo posible para que el "diálogo" triunfe y pueda devolver a la baraja la carta constitucional.
Con una moción de censura en Cataluña, Casado se apuntaría un doble tanto: lograría explicitar la debilidad de Arrimadas y pondría en un aprieto al PSC, que tendría que posicionarse y argumentar su movimiento.
"A pesar de la crisis de los separatistas, la situación es de empate a 65. Que nadie tenga duda de que, tan pronto como se presente la oportunidad de traducir la mayoría social catalana en una mayoría institucional, Ciudadanos dará un paso adelante", ha explicado Girauta.
Con sorna, Girauta -hoy como número uno debido a la gira latinoamericana de Albert Rivera- ha relatado: "La moción obliga al candidato alternativo a presentar su programa, cosa que Pedro Sánchez no hizo".
En ocasiones, reconocen los dirigentes de Ciudadanos, una moción fracasada puede ser rentable electoralmente. Así ocurrió con Felipe González -ha detallado Girauta-, que se postuló como presidenciable frente a Adolfo Suárez. "Pero en Cataluña se da una situación de excepcionalidad y de anormalidad. Hay un conflicto de convivencia. El Parlament ha estado cerrado tres meses y, poco después de abrirse, ha sido asediado por unos comandos alentados por el propio presidente de la Generalitat. Pocas florituras caben".
Girauta ha concluido su intervención con un llamamiento a los electores, pero también con un recordatorio al PP: "La gente tiene que saber que hay una vía inmediata, el 155".