El primer test electoral de Pablo Casado serán las elecciones andaluzas convocadas para el 2 de diciembre. El presidente del PP se ha propuesto recuperar gran parte de los tres millones de votos de la formación que en los últimos años han dejado de votarles. Y, para conseguirlo, ha comenzado lanzando una ofensiva contra Ciudadanos, un partido que amenaza con comerle parte de los 33 escaños que hoy tiene en el Parlamento andaluz.
Los conservadores han lanzado una campaña con la que anima a todos los ciudadanos a colgar la bandera nacional en los balcones de sus casas. "Representa a todos y no es partidista", anunciaba el secretario general del partido, Teodoro García, este martes tras el comité de dirección. Minutos después, él mismo grababa un vídeo haciéndolo y el propio Pablo Casado le replicaba. De este modo, el PP pretende arrebatar a Ciudadanos el orgullo de levantar la bandera de España sin complejos, uno de los puntales del partido conservador que durante la era de Mariano Rajoy se lo apropió Ciudadanos.
El PP animó a todos los ciudadanos que se sienten españoles a hacer este gesto para sentirse "orgullosos" de la bandera que representa la igualdad entre todos, "sin importar el partido". Pablo Casado tiene previsto visitar este domingo Málaga y hacer hincapié en esta campaña cuyo lema es "España en tu balcón". Acompañará a su candidato, Juanma Moreno, el barón que más apoyó durante las primarias a Soraya Sáenz de Santamaría. Pese a aquello, Casado "echará toda la carne en el asador" para que su candidato obtenga "un resultado decente". El fracaso que no se pueden permitir es que Ciudadanos les pase en número de diputados.
Arrimadas, la rival a batir
Los conservadores quieren centrar también la campaña en Inés Arrimadas, la portavoz de Cs en el Parlament de Cataluña que presume sin complejos de ser gaditana. El partido naranja contará con la representante naranja para conseguir votos y el PP es consciente de que es el rival a batir. Este miércoles, Casado centró parte de su intervención en la sesión de control a Arrimadas, a quien pidió que lanzara una moción de censura al presidente de la Generalitat, Quim Torra, para echar al bloque secesionista del Govern.
El equipo naranja pronto dijo que los números no daban para desalojar a Torra y sus socios de las instituciones catalanas. Los conservadores lo saben de sobra, pero quieren que los votantes vean que el voto útil del bloque constitucional es el PP, no Ciudadanos. Por eso señalan a Arrimadas como una líder que ganó las elecciones en Cataluña pero que ni siquiera intentó formar gobierno.
Vox
La guerra por ver quién ocupa el centroderecha en España se recrudece, sobre todo desde que Vox irrumpió en escena con su puesta de largo en Vistalegre. La versión oficial de Génova es que Santiago Abascal no sumará ni siquiera para arañar un escaño en Madrid. Sin embargo, fuentes del partido reconocen en privado sentir cierta preocupación por el daño que pueda hacer, sobre todo "cuando toque repartir los restos. Esos votos que nos quitaron la última vez dieron la Alcaldía de Madrid a Manuela Carmena", repiten sin cesar.