La Generalitat de Quim Torra ha elaborado un nuevo modelo lingüístico del sistema educativo que, bajo la apariencia de conceder una mayor libertad de elección de lengua en las escuelas, permite dar una nueva vuelta de tuerca a la inmersión, un sistema que viene marginando sistemáticamente el castellano en las aulas contraviniendo incluso las sentencias de los Tribunales.
De acuerdo con el nuevo modelo educativo dado a conocer este martes, cada centro, siguiendo su propio proyecto lingüístico, tendrá manos libres para determinar qué lengua potencia. Pero dado que la realidad es que los colegios e institutos están controlados por el nacionalismo a través de los directores, las asociaciones de padres y los sindicatos, el resultado no puede ser otro que la profundización en la inmersión en catalán.
En la presentación del modelo, el director general de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Josep Vallcorba, explicó que lo prioritaro es que cada centro "tenga claros sus objetivos y cuáles son sus déficits en materia lingüística para poder llegar a un equilibrio en el conocimiento de lenguas". Dado que el "equilibrio" en el caso del castellano ya está conseguido, según defiende la Generalitat, y puesto que el catalán "seguirá situando la lengua vehicular y vertebradora del sistema, para garantizar su conocimiento a todo el alumnado y favorecer su uso", no cabe esperar nada nuevo.
La "autonomía" de los centros
En su explicación, Vallcorba señaló que las escuelas situadas en entornos donde el castellano es la lengua mayoritaria de los alumnos se podrán "diseñar actividades para potenciar el catalán, si así lo considera el centro". Y, de la misma manera, centros en entornos con fuerte presencia de la lengua catalana podrán "potenciar la expresión oral" en castellano.
Pese a que la Generalitat ofrece este modelo educativo como garantía de una mayor pluralidad lingüística en las aulas y como fórmula para superar la inmersión en catalán que ha venido funcionando desde 1983, la realidad es que da a pie en la práctica a que se margine aún más el castellano. Si realmente se quisiera garantizar el uso de la lengua común de los españoles en Cataluña se deberían asumir las sentencias al respecto del Tribunal Superior de Justicia catalán y del Constitucional, a las que el documento presentado ignora.
Al contrario, es la "autonomía" que la nueva norma da a los centros la que les blinda de las resoluciones de los Tribunales. De hecho, el director general de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato de la Generalitat insistió en la idea de que el nuevo modelo lingüístico "sólo es aplicable en un contexto de autonomía real de los centros" que les permita definir sus propios proyectos lingüísticos.