De apoyar a Rajoy a romper con Casado: un año después, el bloque del 155 no existe
- Un año después de aplicar juntos por primera vez este artículo constitucional, el presidente del Gobierno rompe relaciones con el PP.
- Rajoy negociará con Sánchez qué tipo de 155 aplicará si Puigdemont no rectifica.
Los senadores fueron protagonistas de una jornada histórica el 27 de octubre de 2017, un día en el que las pantallas del móvil se dividían entre dos sesiones parlamentarias que discurrían en paralelo. Mientras que en el Parlament de Cataluña se declaraba la independencia, el Senado autorizaba al Gobierno de Mariano Rajoy aplicar por primera vez en la historia el 155 para intervenir una autonomía tras aquel intento de secesión.
El presidente del Gobierno salió de la Cámara Alta con el aval del PSOE y de Ciudadanos para frenar el intento de declaración unilateral. Una jornada en la que los tres partidos constitucionalistas "se pusieron a trabajar juntos con un objetivo común: defender la unidad de España", resume un veterano conservador que trabajó en aquella intervención. "Nos enfrentábamos a una página en blanco. No sabíamos las consecuencias que tendría aquella acción", reconoce.
La negociación del 155
Rajoy citó a sus ministros en Moncloa nada más abandonar la Cámara Alta. El gabinete del presidente del Gobierno aplicaba ipso facto un artículo constitucional hasta ahora nunca usado: el 155. Antes, los conservadores negociaron con los socialistas y Ciudadanos los límites de aquella intervención. Fue el PSOE el partido que no quiso intervenir los medios de publicación públicas y Ciudadanos el que pedía elecciones en Cataluña. "Podíamos ir solos con el 155 porque teníamos mayoría absoluta en el Senado, pero Rajoy siempre prefirió ceder a cambio de sumar a los demás partidos constitucionalistas".
De hecho, el líder del PP reconoció después que ese proceso recuperó la buena sintonía perdida con Pedro Sánchez después de aquel debate en el que el líder socialista llamó "indecente" al entonces presidente del Gobierno. "Aquello le dolió muchísimo, pero es cierto que el desafío secesionista les acercó y Rajoy tuvo una buena impresión del sentido de Estado de Pedro Sánchez. No quería dejar al PP solo en la defensa de la unidad de España".
Eran más tarde de las diez de la noche cuando Mariano Rajoy anunció en una intervención que duró diez minutos el cese del Govern en bloque y la convocatoria de elecciones en Cataluña para el 21 de diciembre. Antes de finalizar dio las gracias "al PSOE, a Ciudadanos y a sus máximos dirigentes: Pedro Sánchez y Albert Rivera. Estas medidas las han compartido. Muchas han sido planteadas por ellos a lo largo de estos días". Entre medias, los gabinetes de los tres líderes políticos trabajaban sin descanso para poner orden en Cataluña sin provocar más altercados.
Romper la baraja
La relación acabó el día que Pedro Sánchez decidió romper la baraja y aliarse con los partidos independentistas para que, por primera vez en la historia, prosperase una moción de censura para echar al presidente del Gobierno de Moncloa.
Fuentes cercanas al expresidente Rajoy reconocen que "aquel golpe de Sánchez nunca se lo esperó". Pero la moción de censura prosperó y el líder socialista se convirtió en presidente del Gobierno el 1 de junio. Desde entonces, las relaciones entre PSOE, PP y Ciudadanos se han tensado tanto que Sánchez rompió relaciones con el PP este miércoles, después de que Pablo Casado le acusó de ser "partícipe de un golpe de Estado".
Una complicada relación
El jefe del Ejecutivo rompió con el PP y acusó a Casado y a Albert Rivera de "no tener escrúpulos" por estar "utilizando para el consumo doméstico el dolor y el sufrimiento del pueblo venezolano". El líder de Ciudadanos le acusó también de falta de "escrúpulos" por sus alianzas con partidos "golpistas".
El escenario, sin duda, es completamente antagónico al que se vivía hace justo un año. La vicesecretaria de Estudios y Programas, Andrea Levy, reconoce a EL ESPAÑOL que durante este año "vemos un cambio de postura en la que no reconocemos al PSOE de hace un año, que tenía las cosas más bien claras". La diputada del Parlament catalán advierte al presidente del Gobierno de que "Torra ha anunciado que la semana que viene llevará el Consell de la República la Generalitat. Y que el Gobierno no quiera hacer ninguna advertencia ni ningún requerimiento una vez que hemos aprendido que cualquier avance, cualquier paso, no es una mera escenificación. Sus anhelos y sus propósitos son la independencia, igual que hace un año", concluye. Este viernes, ha sido el ayuntamiento de Barcelona el que ha acordado una declaración institucional que reprueba al Rey Felipe VI y apuesta por abolir la Monarquía por ser una "institución caduca y antidemocrática".