"La tensión no es de ahora, sino que viene de lejos" respondió este miércoles el diputado de ERC Jordi Salvador i Duch cuando fue preguntado en el Congreso de los Diputados por su escupitajo a Josep Borrell. "La tensión viene de cuando le regalé un libro, Desmontando Sociedad Civil Catalana [del activista separatista Jordi Borràs], donde se demuestran sus vinculaciones con la extrema derecha. Y Borrell es activista suyo, cerrando muchas jornadas", añadió el diputado republicano.
Pero la teoría de los viejos rencores personales entre Salvador y Borrell no casa con la actitud y las respuestas del ministro de Exteriores tras el incidente. Cuando Borrell fue asaltado por la prensa en los pasillos del Congreso para que revelara el nombre del diputado que le había escupido, el ministro de Exteriores regateó de forma ostensible la pregunta.
En un primer momento, muchos de los periodistas parlamentarios allí presentes dedujeron que Borrell había pretendido evitar echar más leña al fuego de un incidente que amenazaba con enturbiar las relaciones entre PSOE y ERC. Pero la realidad es que el ministro no tenía ni la más remota idea de quién era ese diputado que le había escupido. "Ha sido el calvo", le dijo a sus compañeros de bancada. Los mismos compañeros, con Adriana Lastra a la cabeza, que luego evitaron respaldar su versión y afirmaron no haber visto ningún escupitajo. Borrell, en definitiva, se enteró del nombre de su agresor, como muchos otros diputados, por la prensa.
Borrell no sabía quién era Jordi Salvador i Duch pero Jordi Salvador i Duch sí sabía perfectamente quién era Borrell. La fijación viene de lejos. Una simple búsqueda en el perfil de Twitter del diputado arroja decenas de resultados con insultos a Borrell: "fachenda", "podría estar en VOX o en Ciudadanos", "la cruzada de Borrell para fulminar al independentismo", "el socialista Abengoa Borrell", "ministro de la propaganda", "hooligan de Sociedad Civil Catalana", "socialista de puertas giratorias al servicio del capital", "exmiembro del Gobierno de los GAL", "miserable que hace escarnio del Junqueras preso", "no para de sacar espuma por la boca día sí y día también", "exministro de GonzálezX", "mentiroso", "hace el ridículo", "ministro de las cloacas", "supremacista nacionalista [español]", "miserable orador"…
"Sí es verdad que en el calor del debate, igual que él ha hecho una mueca, yo hago otra. Con el ambiente caldeado, cuando salgo le hago 'bufff', como diciendo 'buah, chico'…", respondió Salvador i Duch para justificar el gesto con la boca que hizo al pasar frente a Borrell y que muestran las imágenes captadas por las cámaras del Congreso. A esas imágenes se añade un segundo detalle difícil de justificar por parte del diputado separatista: el sonido captado por los micrófonos de la Cámara Baja y que no resulta difícil identificar con el de un escupitajo. Ni rastro de ese "bufff" que afirma haber pronunciado frente a Josep Borrell.
Pero Borrell no es el único político constitucionalista que parece ocupar buena parte del tiempo de Jordi Salvador i Duch. La líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, también ha sido objetivo del diputado republicano en varias ocasiones. "Fascistoide", "otra pifia monumental de Arrimadas, qué vergüenza", "la prensa internacional no hace ni caso a Arrimadas", "el repentino interés por el feminismo de Rivera y Arrimadas les vale dos zascas", "Arrimadas, desde la nueva ultraderecha, nos habla de la dictadura franquista de forma muy didáctica", "el discurso violento de Arrimadas", han sido algunos de los epítetos que el republicano le ha dedicado a la líder de la oposición en el Parlamento autonómico catalán.
Jordi Salvador i Duch (Barcelona, 1964) fue secretario general de la UGT de Tarragona entre 2008 y 2015, y saltó a la fama hace apenas unos meses, cuando grabó un vídeo en el que revelaba el nombre del hotel en el que se alojaban algunos de los agentes de la Policía Nacional enviados a Cataluña para la Diada de este año en previsión de posibles incidentes. Licenciado en Geografía e Historia, Salvador i Duch es diputado por Tarragona desde 2015.