El ministro Guirao sale en defensa de Dani Mateo, investigado por sonarse los mocos con la bandera
- "En el 40 aniversario de la Constitución, defender la libertad de pensamiento, opinión y creación hace inaceptables las amenazas de la ultraderecha", afirma.
- El titular de Cultura pide "a la sociedad, no sólo a la administración, que manifieste su rechazo a estas amenazas intolerables".
- Mongolia actuará finalmente en Valencia pese a las "amenazas" de la extrema derecha.
El ministro de Cultura, José Guirao, ha salido en defensa del humorista Dani Mateo, investigado por un juzgado de Madrid tras sonarse los mocos con la bandera española en un programa de televisión de La Sexta. Guirao ha condenado este sábado las amenazas por parte de grupos de extrema derecha al teatro La Rambleta de Valencia que impidieron celebrar una de sus actuaciones y ha rechazado las que han suscitado el acto programado para este fin de semana las dos actuaciones de los humoristas de Mongolia.
Guirao ha hecho estas declaraciones en su visita al Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí de Valencia horas antes de asistir al estreno, en el Palau de les Arts, de la ópera La flauta mágica, de Mozart.
Sobre las amenazas a La Rambleta, el ministro ha afirmado: "Me parece un horror, no debemos consentirlo, hay que preservar el espacio de la creación y del humor, no se pueden tolerar las amenazas".
"En el 40 aniversario de la Constitución, defender la libertad de pensamiento, opinión y creación, las amenazas de grupos de la ultraderecha no se pueden aceptar; me alegro de que se haya decidido no suspender la actuación y lamento que se tuviese que suspender la anterior, en referencia a la de Dani Mateo en el Olympia".
"Es importante que la sociedad, no sólo la administración, manifieste su rechazo a estas amenazas intolerables", ha agregado Guirao.
Sobre la reciente imputación de Dani Mateo -tras su polémico número con la bandera española en El Intermedio (La Sexta)-, el ministro ha considerado que se trata de "una consecuencia" de la Ley Mordaza, que abre una brecha para este tipo de cosas, y ha abogado por respetar "el terreno del humor".
"Es una necesidad antropológica, es un territorio al que se le permite, de forma consensuada por la sociedad, licencias que no nos permitimos en otros terrenos, lo que pasa en ese contexto hay que aceptarlo. Una de las bondades que tiene, muy sana, es la capacidad de reírse de uno mismo, de la sociedad, de los tópicos", ha concluido.