El veto mutuo entre PSOE y Cs allana el camino de Moreno Bonilla a la Junta
- La negativa de Susana Díaz de apoyar a Marín y las reticencias de Cs a pactar con Vox dan ventaja de partida a las aspiraciones del PP.
- Casado da por hecho el gobierno de Moreno con el apoyo externo de Vox
- Susana Díaz se aferra a un pacto imposible y Ferraz la aboca a marcharse
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- Ciudadanos intentará presidir el Gobierno de Andalucía con el apoyo de PP y PSOE
El rompecabezas andaluz empieza a descartar piezas y escenarios: con los escaños en la mano, los primeros vetos despejan las incógnitas acerca del futuro de la comunidad. Que el PSOE no esté dispuesto a cederle la corona andaluza a Ciudadanos y que los naranjas se nieguen a volver a aupar a Susana Díaz da ventaja de partida a Juan Manuel Moreno Bonilla en la pugna por el palacio de San Telmo.
El presidente de los populares, Pablo Casado —y por ende, Moreno Bonilla— ve vía libre para negociar con todas las fuerzas de centro derecha, pero sólo Vox cuenta con una libertad similar. Ciudadanos no quiere saber nada del pacto “sencillo” que propone el PP después de haberse comprometido a desalojar los socialistas “pase lo que pase”.
Las reticencias de Ciudadanos a hacerse la fotografía con Vox también le atan de pies y manos. El PP puede permitirse el coqueteo, pero la formación de Rivera tiene el camino cortado con la ultraderecha para poder conseguir la investidura de su líder en Andalucía, Juan Marín. Si durante la campaña electoral se negaron a hablar de ellos, ahora marcan aún más distancia, hasta el punto de considerarse "antagónicos".
Tampoco piensa torcer su brazo la aún presidenta andaluza. Susana Díaz no va a abstenerse para que Marín sea su sucesor al frente del Ejecutivo andaluz. Lo tiene claro: o es ella la presidenta o será la jefa de la oposición. Esos son sus deseos, aunque en Ferraz se haya comenzado con el casting para buscar un sustituto.
Un mes para que el PP convenza a Cs y Vox
Así, emerge Juanma Moreno. La ley andaluza señala el 27 de diciembre como el día de la constitución del Parlamento regional, pero aún quedarían quince días para que los partidos propongan sus candidatos a la investidura. La carrera hasta entonces se hace imprevisible, pero el candidato popular cuenta hoy por hoy con las mejores papeletas. Él se siente fuerte a pesar del descalabro en escaños —“los andaluces dijeron nítidamente y de manera clara que quieren cambio”, afirmaba este lunes, a pesar de haber obtenido el peor resultado del PP-A en su historia—, porque gana perdiendo.
Los populares no le han ofrecido nada aún a Ciudadanos, pero se aferran a las promesas electorales del partido de Rivera de no mantener a los socialistas. Y de Vox no esperan nada: fuentes de la dirección andaluza no creen compatible el deseo de acabar con las autonomías con pedir sillones en un gobierno regional. Cuentan con su sí o su abstención en la hipotética investidura, sin entregar demasiado a cambio. La repetición de elecciones no es un escenario que se plantee ninguno de los partidos del bloque derechista.
Casado, mientras tanto, tira de memoria para pedir apoyos para Moreno Bonilla. Recuerda que su partido sustentó el gobierno de Patxi López en el País Vasco allá por 2009 “a cambio de nada” y ahora quieren eso mismo de vuelta. No al PSOE, sino a Ciudadanos: “Hasta hace 48 horas estaban diciendo que apoyarían cualquier alternativa de cambio el señor Marín o el señor Rivera. ¿Ahora qué problema hay?”.
Juanma Moreno, con el viento de cola
El PSOE seguirá enrocado hasta que no le quede más remedio. Tienen casi un mes por delante, pero su única oportunidad, un combinado entre Ciudadanos y Adelante Andalucía que se antoja cada vez más difícil, se va evaporando conforme trazan sus estrategias PP y Ciudadanos. Ni siquiera un grito agónico llamando a combatir a la extrema derecha anticonstitucionalista.
Juanma Moreno tiene el viento de cola. El hecho de que los partidos se hayan tomado la hecatombe socialista andaluza como preludio de lo que está por venir en el próximo curso con municipales y autonómicas le hace sentirse seguro en su camino hacia San Telmo.