Los convocantes de la manifestación en apoyo a los presos de ETA que cada enero se celebra en Bilbao se han dirigido un año más a los hosteleros afectados por el recorrido de la marcha para solicitar su colaboración económica.
En una carta dirigida a los hosteleros del Casco Viejo de la capital vizcaína y calles aledañas del itinerario previsto para la marcha, los organizadores aseguran que la protesta reunirá “a miles de personas”, y que agradecerían “la ayuda” de los propietarios de los bares que se verán beneficiados por la afluencia. “Tenemos problemas económicos para llevar adelante nuestro trabajo, por lo que necesitamos de la aportación de todos”, aseguran.
El PP vasco ha denunciado la situación en la que se coloca a los dueños de los bares y ha lamentado que este tipo de “presiones” se sigan produciendo.
La manifestación en contra de la actual política penitenciaria está convocada para el próximo 12 de enero y servirá para pedir “a los estados español y francés que tienen que cambiar la política penitenciaria y dar pasos hacia la resolución”. La iniciativa Orain Presoak (Ahora los presos) está auspiciada por Sare, una red que trabaja en favor de los presos de ETA que tiene como portavoz a Joseba Azcarraga, exconsejero de Justicia de EA del Gobierno vasco.
En la carta, firmada por Sare Herritarra y #Orain Presoak, los promotores piden en concreto una aportación de 20 euros. Quien los pague aparecerá como “bar colaborador” en los “boletines informativos” que en formato periódico distribuirán el día de la manifestación. También harán constar en ellos la localización del establecimiento.
“Obligan a los hosteleros”
Hosteleros vizcaínos se han dirigido al PP vasco para denunciar el recibimiento de la carta, según ha asegurado su secretaria general, Amaya Fernández, que ha instado este martes a los organizadores de la protesta “a dejar en paz” a los propietarios d estos establecimientos. “No es del agrado de nadie que te anuncien que si no te posicionas a favor de los presos de ETA, para el mundo de la izquierda abertzale tu bar no será un bar colaborador”, ha explicado Fernández. “Estas presiones suenan a viejo y deben desaparecer por completo de Euskadi”, afirma en una nota.
Fuentes del PP vasco han añadido a EL ESPAÑOL que aunque el pago es voluntario se está obligando a los dueños de los bares a posicionarse políticamente frente a su clientela. “La petición de poco dinero, 20 euros, puede parecer una tontería pero significa la conformación de listas de bares amigos y de quienes no lo son por no haber colaborado, con las repercusiones que ello puede tener. Es un tema incómodo y complicado porque es verdad que la manifestación atrae a mucha gente, pero los hosteleros no saben si 'por ese favor' se les va a pedir más al día siguiente y al final están adquiriendo un compromiso político con un entorno radical que puede disgustarles a ellos o a parte de sus clientes”, detalla el mismo portavoz.
No es la primera vez
No es la primera vez que Sare recurre a este sistema de recaudación. El colectivo de apoyo a presos ya lo utilizó en la manifestación que tuvo lugar a principios de este año en la capital vizcaína por los derechos de los presos de ETA. En esa ocasión recabó el apoyo de 114 bares y restaurantes y publicó los nombres de los establecimientos “colaboradores” con la causa invitando a consumir en ellos y señalando su ubicación en un mapa de la ciudad.
La izquierda abertzale, -responsable tradicional de las manifestaciones anuales de enero a favor de los presos hasta que colectivos algo más amplios como Sare se hicieron cargo de ellas-, ha utilizado con frecuencia métodos de recaudación entre hosteleros y comerciantes que presionaban fuertemente a quienes no comulgaban con su ideología mientras la banda terrorista se mantenía activa.
La última vez que se hizo pública una petición similar fue hace seis meses, cuando el colectivo independentista Gure Eusko Dago (Está en nuestra mano), en favor del derecho a decidir, pidió a los hosteleros de la parte vieja de Vitoria que les cedieran el 10% de la recaudación que obtendrían el 10 de junio. Aquel día se celebró una gran cadena humana que unió a las tres capitales vascas. La movilización, también masiva, acababa en Vitoria y los organizadores pretendieron previamente decorar los locales y otorgar el distintivo de “Gure Eusko Dago Taberna” a los bares que se prestaran a compartir con ellos las ganancias de la jornada.
La reclamación de parte de los beneficios fue censurada desde distintos ámbitos. El PP la comparó con la extorsión económica practicada por ETA, mientras que el alcalde de la capital alavesa, Gorka Urtaran, del PNV, que participó en la cadena humana, tachó la solicitud de “inaceptable”. Las múltiples críticas recibidas obligó a pedir disculpas a los responsables del movimiento, que atribuyeron la iniciativa a un grupo de voluntarios.