La jueza que mantiene en prisión preventiva a Eduardo Zaplana desde hace siete meses está presionando a los médicos que le atienden para que le den el alta cuanto antes y así poder devolverlo a la cárcel, según ha podido saber EL ESPAÑOL en fuentes cercanas al caso. Zaplana ingresó el martes de la semana pasado en el Hospital La Fe de Valencia tras complicarse su estado de salud, deteriorada como consecuencia del trasplante de médula al que se sometió hace tres años por la leucemia.
La actitud de la jueza ha sorprendido a los médicos y a la familia, sobre todo después de que el informe del jefe del servicio de Hematología del Hospital La Fe calificara de muy grave la situación del exministro. "Una bomba de relojería con posibilidad de muerte súbita e inesperada", decía por escrito.
La posición de la magistrada ha indignado a antiguos compañeros de Zaplana. El diputado del PP Rafael Hernando denunciaba este martes con palabras muy duras la situación: "La posible decisión de la jueza Rodríguez para reingresar a Eduardo Zaplana en prisión, tras el informe de los médicos que anuncia 'el grave riesgo vital' de ello, por su cáncer, y sin haber sido juzgado, es un caso de encarnizamiento judicial impropio de una justicia civilizada".
Por su parte, el exdiputado popular y jurista Jaime Ignacio del Burgo ha remitido un escrito a la jueza en el que le recuerda que podría estar cometiendo prevaricación. Tras señalar que se siente "en la obligación moral de intentar ayudar a quien considero es víctima de una gran injusticia con grave riesgo su vida", insta a la jueza a "dictar una nueva resolución por la que se decrete la libertad provisional de don Eduardo Zaplana". "Si por no hacerlo se produjera un acontecimiento irreparable no hace falta que le recuerde el contenido de los artículos 446 a 449 de nuestro Código Penal", añade Del Burgo, refiriéndose a los artículos que recogen la prevaricación.
No al arresto domiciliario
El exministro ingresó en prisión hace ahora siete meses, el 24 de mayo, acusado de haber cobrado presuntamente 10,5 millones de euros de comisiones ilegales en la etapa en la que presidió la Generalitat Valenciana. Pese al deterioro de su salud, la instructora no ha consentido permitirle la situación de arresto domiciliario argumentando riesgo de fuga y destrucción de pruebas.
El domingo, en víspera de Nochebuena, la esposa de Zaplana, Rosa Barceló, hacía público un comunicado redactado por el exministro en el que denunciaba su situación. "¿Cuánto tiempo tengo que estar en prisión para no destruir pruebas?", se preguntaba.
La magistrada no se ha mostrado sensible a varios informes médicos que alertan del riesgo vital de mantener a Zaplana en la cárcel, es más, ahora se ha sabido que está apremiando al equipo que le atiende en La Fe para que le dé el alta cuanto antes. El propio Zaplana, según las fuentes consultadas, ha mostrado su preocupación por que esta situación pueda suponer complicaciones para los doctores.
La familia, por su parte, ha lamentado el estricto régimen de visitas que les ha impuesto la magistrada pese a estar en cama en el hospital y en unas fechas tan señaladas como las Navidades, un régimen, aseguran, más restrictivo incluso que el que tiene en la cárcel.