Albert Rivera culpa a Pedro Sánchez: "Ha puesto en juego la credibilidad de España en el mundo". El candidato de Ciudadanos ha acusado al presidente del Gobierno de haber cometido "un error histórico" al no reconocer "inmediatamente" a Guaidó como máximo gobernante de Venezuela.
"Ha puesto el país a remolque", ha resumido Rivera sobre la estrategia confeccionada por el Gobierno socialista para dar respuesta a la crisis institucional venezolana. "Nos gustaría que Sánchez rectificara su actitud pasiva". A ojos del líder de los liberales, es absurdo el plazo que ha dado el Ejecutivo español a Nicolás Maduro para convocar elecciones: "Un tirano no se convierte en demócrata en ocho días".
Rivera insiste en que España, cuando se trata de la situación en Venezuela, no tiene "el mismo peso" en Europa que países como Francia o Alemania: "Es un país hermano, debemos liderar esa respuesta". Para justificar este argumento se ha referido a motivos históricos -exilio español durante la guerra y la dictadura- y actuales -"ya viven aquí más de 400.000 venezolanos"-.
El presidente de Ciudadanos conoció a Guaidó cuando viajó a Caracas y se reunió con distintos líderes de la oposición al chavismo. También mantuvo con él una conversación telefónica tras su autoproclamación: "Quiere una Transición y poner las urnas. Debemos confiar".
Sobre la posibilidad de que sea el propio Maduro quien convoque las elecciones, ha zanjado: "Europa ya ha dicho que las anteriores fueron fraudulentas, ¿cómo podemos legitimarle ahora?".
Rivera cree que Sánchez carece de altura de miras y menciona a distintos socialistas que desdeñan la postura adoptada por el Gobierno, como por ejemplo Felipe González, Alfonso Guerra o Paco Vázquez. "No se trata de sus alianzas con Podemos, sino de la imagen de España en el mundo", ha vuelto a apremiar al presidente.
Albert Rivera considera a Sánchez el "culpable" de haber volado los puentes entre el PSOE y el constitucionalismo. De ahí que, a priori, descarte cualquier tipo de pacto con él tras las próximas elecciones generales.
No obstante, la fragmentación de las municipales y autonómicas podría dar un vuelco a las actuales estrategias. Lo ajustado de los resultados convertirá grandes municipios y Comunidades en monedas de cambio y escenarios de negociación inesperados.