"Hoy hace un año que se debería haber celebrado el pleno de investidura para restituir al presidente legítimo de Cataluña, Carles Puigdemont". Así arranca el vídeo con el que JxCAT ha exigido, a apenas una semana del comienzo del juicio contra los líderes del procés, la restitución del prófugo de Waterloo como presidente de la Generalidad.
Durante el poco más de minuto y medio que dura el vídeo, veintitrés dirigentes y diputados del partido desfilan frente a la cámara para defender dos ideas: que los votantes catalanes decidieron el 21 de diciembre de 2017 que Puigdemont fuera investido presidente y que su compromiso con el resultado de las urnas "continúa vigente".
Aunque el vídeo acusa al Estado de "no aceptar el resultado de las urnas" y le responsabiliza de la investidura frustrada de Puigdemont, resulta difícil no interpretar su mensaje como una andanada contra ERC. Precisamente el partido al que pertenece Roger Torrent, el presidente del Parlamento catalán que, en contra de la opinión de JxCAT y la CUP, decidió acatar el 30 de enero de 2018 la prohibición de la investidura telemática de Puigdemont dictada por el Tribunal Constitucional pocos días antes.
Pero el vídeo no menciona, al menos explícitamente, a ERC. Sí insiste en cambio en que "la idea correcta era, y es, investir a Puigdemont, como demuestran los hechos de este último año". No hace falta ni siquiera retorcer el mensaje del vídeo para entender que este está acusando de traición a los sectores del independentismo contrarios a la investidura de Puigdemont y favorables al pacto con el PSOE de Pedro Sánchez. Es decir a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para evitar unas elecciones generales que podrían arrojar una mayoría absoluta para PP, Ciudadanos y Vox.
El vídeo no podría llegar en un momento más inoportuno para los republicanos. A sólo unos meses de unas elecciones municipales clave en Barcelona y a apenas una semana del comienzo del juicio contra los líderes del procés. Entre ellos, un Oriol Junqueras que hace sólo cuarenta y ocho horas se comparaba con Séneca, Sócrates y Cicerón por "no haber huido" de España. La guerra civil en el seno del independentismo sigue abierta y no tiene trazas de frenarse.