"Fascista, fóra de Galicia!". Ese fue el grito proferido por Capi y sus compañeros cuando agredieron a Juan Manuel Rosales. El líder de Vox en Pontevedra intentó impedir que los jóvenes de extrema izquierda le arrebataran el pin que le identificaba como miembro del partido de Santiago Abascal. Entonces empezaron los golpes. La paliza terminó con un ojo morado y varios cortes en labio y mejilla.
Esta es la versión que transmite a este periódico un compañero de Rosales, el guardia civil retirado agredido durante la mañana de este sábado mientras repartía propaganda electoral. "Iba con un compañero. Al otro lo sujetaron. Él intentó resistirse. Lo derribaron a golpes".
Rosales, según ha contrastado este diario, ya se encuentra en casa después de haber pasado por el hospital y la comisaría, donde el propio Capi -informa Efe- ya se ha declarado culpable. Andres V.F., apodado así por sus amigos, tenía 17 años en 2015, cuando le pegó una bofetada al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante un paseo electoral.
En aquel momento, Capi empleó una técnica distinta. Se acercó al líder del PP con la excusa de hacerse una foto. Este sábado, explican los militantes de Vox, amenazó con la agresión nada más presentarse.
Juan Manuel Rosales se congregó junto a sus compañeros de partido en la Plaza de Abastos del mercado de Pontevedra hacia las nueve y media de la mañana. Estaban avisados: "Habíamos recibido insultos y coacciones durante toda la semana". Un compañero de Rosales agradece el trabajo de la Policía, que preparó un dispositivo especial para proteger la mesa informativa de Vox.
Fue entonces cuando Capi y otros jóvenes de colectivos antifascistas empezaron con los insultos. El propio agresor lanzó petardos contra los militantes de la formación presidida por Santiago Abascal. La Policía lo identificó y encontró en sus bolsillos más petardos. "Nosotros no lo habíamos reconocido, creo que estaba un poco cambiado. Ahora lleva el pelo rapado".
Tras esa primera intervención de la Policía, el grupo se dispersó. Fue entonces, cuentan las fuentes consultadas, cuando Juan Manuel y un compañero abandonaron el perímetro de seguridad y recorrieron algunas calles de la parte vieja para repartir folletos.
"Esa zona son todo callejones muy estrechos. Creo que los sorprendieron entre cinco. La tomaron con Juan Manuel porque él llevaba un pin de Vox. Al otro lo sujetaron y entonces empezó la paliza", relata un compañero de Rosales.
Vox habla de "agresores profesionales", "vinculados a grupos y organizaciones de extrema izquierda". En la denuncia han tratado de convencer a la Policía de que el delito podría "agravarse por terrorismo". Los militantes gallegos de Vox señalan a la Coordinadora Antifascista de Vigo, hermanada con Resistencia Galega".
Tras la agresión a Rajoy, Capi fue condenado por el juzgado de menores de Pontevedra a dos años de internamiento en régimen cerrado como autor de un delito de atentado a la autoridad, del subtipo agravado, aplicable en aquellos casos en los que la autoridad contra la que se atenta es miembro del Gobierno.