Paco Igea dio un paso al frente cuando se enteró de que Silvia Clemente era la candidata del partido para su tierra. Lo hizo a sabiendas de que en Ciudadanos, hasta hace un telediario, quien se enfrentaba a la dirección nacional siempre perdía. Transmitió a la Ejecutiva que la ex del PP no podía representar la “regeneración”.
Igea dice que él mismo es su peor enemigo. Responde así, con una media sonrisa, cuando se le recuerda la “negociación poligonera de House of Cards” con la que describió el fichaje de Clemente. Médico de profesión y diputado esta legislatura, dispara conciso. Huye de los argumentarios precocinados. Sus respuestas no duran más de un minuto. Cuando no quiere responder, bromea: “Sobre eso no voy a decir nada. Llevo cuatro años en esto, tengo algo de político”.
Sus compañeros en el Congreso, tanto quienes le apoyaron como quienes se mantuvieron en silencio, le definen como “un tío súper claro”. Paco Igea asume que hubo un pucherazo. Reitera que no sospecha de la dirección nacional, pero advierte: “Si no llegamos hasta el final, el partido quedará manchado”.
¿Podría relatar ese momento en el que se da cuenta de que un pucherazo pudo haber alterado el resultado de las primarias?
Fue el sábado. Tras conocer los resultados, comí en Valladolid con ochenta militantes. Nos dimos cuenta de que el total de votos que registró el acta no coincidía con los resultados oficiales. Al principio, no le otorgamos demasiada importancia, pero poco después varios afiliados de Burgos nos dijeron que habían descargado los certificados electrónicos de los votos y que habían detectado un orden cronológico muy llamativo.
Ahí estaba la clave.
Sí. Como en ese momento estábamos reunidos un montón, pedimos tranquilidad y tiempo para hacer una comprobación. Les dijimos que no lo contaran en redes sociales y que no llamaran a los medios. Los militantes mantuvieron una disciplina muy de agradecer hasta que terminamos el trabajo. A la vez, reunimos un equipo de expertos para que descargara todos los datos de las primarias.
¿Qué encontró exactamente ese grupo de expertos?
Vimos la curva cronológica y la comparamos con la del resto de primarias. Lo de Castilla y León era un caso único. De madrugada, llegó una oleada de votos a favor de Clemente y otra más por la mañana, justo antes de acabar el plazo.
Esas dos “oleadas de votos” para Clemente llegaron cuando usted iba ganando.
Eso es. Nosotros fuimos ganando todo el rato, cada vez con más diferencia. Por la noche, a las 2.30, comenzaron a aparecer esos votos. Como no fueron suficientes, a las 9:30 metieron más. Creo que el último entró a las 9:59, veinte segundos antes del cierre. Decidimos que había que hacer algo.
Usted, como diputado y hombre de confianza de Rivera, tiene hilo directo con la Ejecutiva. ¿A quién llamó primero?
A un miembro de la Ejecutiva. Se lo comenté, le expliqué las anormalidades encontradas. Él me dijo que lo iban a analizar. Pedimos rapidez, aquello no se podía demorar. ¡Lo sabían ochenta personas! El Comité de Garantías fue muy rápido.
Exige llegar hasta el final en las indagaciones. Todavía no hay ningún culpable o autor conocido del pucherazo.
La investigación debe llegar tan lejos como sea posible. A partir de todos los datos que logremos obtener, sacaremos una conclusión de acuerdo a las leyes y a nuestro reglamento. No podemos obviar ni una cosa ni la otra.
Parece que la dirección nacional se conforma con la dimisión de Pablo Yáñez, el hombre que orquestó el fichaje de Silvia Clemente. ¿Le decepcionaría que el caso se cerrara sin dar con quienes introdujeron los 82 votos falsos?
Creo que ese supuesto no es posible ni deseable.
¿Por qué?
No es posible porque estamos obligados legalmente a intentar saber qué es lo que ha pasado. No es deseable porque esa responsabilidad debe depurarse.
Dicho de otra manera: ¿quedará manchada la imagen de Ciudadanos si el pucherazo permanece anónimo?
Si Ciudadanos no hace todo lo posible, el partido quedará manchado. Hasta ahora sí se ha hecho todo lo posible, no albergo esa duda.
La Ejecutiva ha trasladado que el sistema de primarias funciona. Se agarran a la rápida enmienda del pucherazo, pero si usted no hubiera impugnado, Silvia Clemente sería ahora candidata.
El sistema tiene algo bueno: la transparencia. Pudimos descargar los certificados de los votos y comprobarlos. Lo malo: se pueden emitir votos sin identificar. Hemos demostrado esa transparencia y también ha quedado clara la existencia de un fallo que debe corregirse. Debemos ser capaces de garantizar el voto secreto, seguro, personal e intransferible. Por otro lado, hemos aclarado algo muy importante con la rápida solución: Ciudadanos no mete la cabeza debajo del ala.
Pero, ¿cree que habrá cambios en el sistema de voto telemático?
Es evidente. No lo vamos a dejar así. Las organizaciones humanas aprenden de sus errores y mejoran sus procesos.
Como ocurre con casi todos los pucherazos, el fraude benefició a la candidata del aparato. ¿En algún momento ha sospechado de la dirección nacional?
Nunca. La dirección nacional respondió de manera inmediata. La comisión de garantías también. No sospecho en absoluto.
¿Quién cree que orquestó la maniobra?
Si contestara sin datos sería frívolo. He procurado no serlo en todo el proceso, no voy a serlo ahora.
¿Se ordenó desde Madrid o desde Castilla y León?
Insisto, no puedo contestar a eso. No frivolizo con algo que incluye responsabilidades legales.
Antes de las primarias, el fichaje de Silvia Clemente rompió la unidad tradicional de Ciudadanos en sus procesos internos. ¿Por qué?
Fue un fichaje muy difícil de encajar con una parte esencial de nuestro mensaje: huir de la política profesional y el clientelismo. Ciudadanos busca la transparencia, impulsa la regeneración. Clemente no cuadraba con nuestro mensaje.
Usted definió esa incorporación como fruto de unas “negociaciones poligoneras de House of Cards”. ¿Podría explicarlo?
Significa que soy el hombre más peligroso para mí mismo -se ríe-.
Pero si lo dijo, lo pensaba.
¡Eso es lo más peligroso! La puesta en escena de aquellas negociaciones era mejorable, digámoslo así.
Este periódico contó el otro día que Rivera no intervino en las negociaciones para ficharla. ¿Se la han colado?
No creo que se trate de si se la han colado o no. No es esa la palabra. La valoración política que se hizo de Clemente fue en base a unos criterios equivocados, por falta de conocimiento del personaje y de la tierra. Cuando me preguntan si se la han colado a Rivera, respondo: “¿Usted sabría decirme el nombre de la consejera de Agricultura de Castilla-La Mancha?”.
Pero usted precisamente es castellano, diputado y responsable del área de salud. ¿Le preguntaron por Clemente?
Me enteré el jueves, el día de la rueda de prensa en la que se anunció su fichaje.
Con todo hecho.
Probablemente fuera una cuestión de discreción. Yo no soy el hombre más discreto del mundo, no está entre mis virtudes, que son escasas.
¿Cruzó alguna palabra con Clemente antes, durante o después de la campaña?
No. No nos conocemos personalmente. Quizá alguna vez en el parlamento, durante alguna visita institucional, pero nada más.
Cuando usted advirtió de que se presentaría a las primarias, ¿la dirección nacional intentó disuadirle?
Me dijeron que Clemente era su apuesta. Yo expliqué mi postura. Compartimos nuestras diferencias. Pero una vez decidí presentarme, nunca hubo amenazas ni presión. No daban palmas de alegría, es normal, yo llevaba la contraria, pero no hubo ninguna, de verdad, ninguna presión ni amenaza. Su comportamiento fue exquisito.
Usted ya es oficialmente candidato a la presidencia de Castilla y León. ¿Ha encontrado algún compromiso por parte del partido para incorporar a Clemente en las listas?
No. Ninguno.
¿Se lo han pedido?
Tampoco.
¿Qué le diría a Rivera o en su defecto a la Ejecutiva si mañana le pidieran que metiera a Clemente en su lista?
Hemos ganado mucha potencia en Castilla y León. Hemos conseguido focalizar la atención en el partido. Hoy he estado en la sede. Unas cuantas personas han venido a afiliarse. Sería un error perder la coherencia en el mensaje.
¿Renunciaría a la candidatura si el Comité Autonómico colocara a Clemente como su número 2, 3, 4..?
Mi temporada de órdagos está más que pasada.
¿Usted es partidario del veto al PSOE en Castilla y León?
No. Ni yo ni el partido nos hemos manifestado en ese sentido. Las formaciones que llevan treinta años gobernando una Comunidad generan redes clientelares, es bueno dar la vuelta, que entre aire fresco, que haya un cambio real y que la gente viva la esperanza de ese cambio. Transmitir eso con Clemente era muy complicado. Sólo podremos hacerlo si lideramos el Gobierno. Nuestro asunto no es hablar de pactos. Saldremos a ganar.
Allí, si Ciudadanos queda por detrás del bipartidismo, ¿a quién investiría antes? ¿PP o PSOE?
¿Y si quedamos por delante? Llevaremos nuestro programa lo más lejos posible. Nosotros no salimos negando ni afirmando ningún pacto. La gente está cansada de esto. ¿A quién vas a querer más? Luego los números plantean situaciones distintas. A la hora de negociar no tendremos las manos atadas a la espalda.