Podemos puede quedarse solo. Al menos, si se consagra la opción que este miércoles echó a andar con forma propia en la Comunidad de Madrid. Izquierda Unida y Anticapitalistas presentaron su proceso de confluencia, que dará inicio este domingo con una asamblea "abierta y programática" y que servirá para darle contenido "desde abajo" al plan que presentan, "transformador de verdad, ecologista y feminista en las políticas públicas".
Sol Sánchez (IU) y Raúl Camargo (Anticapis) convocaron una rueda de prensa en el centro de Madrid para anunciar el acuerdo de ir de la mano con una lista conjunta a las elecciones autonómicas y enfrentarse al "centro izquierda" de Íñigo Errejón, a cuya candidatura ni siquiera han invitado a la citada asamblea. Pero lo más interesante es lo que no se dijo.
¿Podemos irá a esa asamblea? ¿Enviará a su candidata, Isabel Serra? No, nadie confía en ello, aunque les inviten. Entre otras cosas, porque la reunión programática se ha montado precisamente un día antes de que acabe el proceso de primarias del partido morado en la comunidad de Madrid. Pero, como mar de fondo, se advierte que entre bambalinas que la estrategia de Podemos es forzar los tiempos para que IU claudique a su propuesta de puestos y dinero.
La joven aspirante señalada por la dirección de Pablo Iglesias para recomponer las filas del partido morado tras la espantada de Errejón aún no puede considerarse oficialmente la cabeza de lista. En todo caso, y aún sin programa definido ni líder que poner en los carteles, Podemos dice estar a la espera de que IU responda a la propuesta de confluencia que le ha hecho llegar a IU Madrid: un 30% de puestos en las listas y de recursos económicos una vez se constituya la Asamblea autonómica.
"Programa, programa, programa"
En Izquierda Unida, fuentes de la dirección regional no aseguran que se vaya a rechazar esa propuesta, "porque lo tendrían que votar nuestras bases". Ése es el discurso oficial, pero en realidad la dan por muerta: "No queremos hablar de puestos y dinero, queremos hablar de programa". Y, con esa cantinela heredada del Julio Anguita de los años 90, a eso se ponen los de Sol Sánchez desde ya.
Para empezar han pactado con los Anticapis, la facción más contestataria de Podemos, desgajada de manera efectiva en Madrid y constituida en partido político independiente después de las dos "traiciones" de Iglesias: la posterior a Vistalegre II -donde usó su fuerza para derrotar a Errejón- y la del pacto del "nosotras", cuando Ramón Espinar aceptó a Errejón como cabeza de lista en Madrid hace un año. Aquello se hizo para apagar fuegos y evitar la salida de Errejón del partido... cosa que, "evidentemente", un año después no se consiguió, "y eso que les avisamos, pero no quisieron escuchar", explica una fuente de la negociación con IU.
Ahora las posiciones han cambiado. Un portavoz autorizado de Anticapitalistas acusan con indignación a Iglesias y Echenique de "no saber gestionar una organización", de haber pretendido "que el que discrepe se pliegue, se calle o se vaya", y eso han hecho, irse. "No se dan cuenta de que antes de las autonómicas, que es para lo que estamos aquí, están las generales, y Podemos se va a dar un castañazo épico", insiste este anticapi todavía militante morado. "Por ahora, nos presentamos por separado en Madrid, Murcia y Castilla y León", advierte, pero "esto puede crecer"... mientras Podemos cae.
Y todo ese lapso de tiempo es el que dicen tanto Sol Sánchez como Raúl Camargo que ya no se puede perder más. "Los plazos los marca la ley y el día 12 de abril hay que presentar las listas, no podemos seguir esperando a Podemos".
Este jueves, habrá reunión de la coordinadora regional de Izquierda Unida, en la que se decidirá si se somete o no a consulta a las bases el acuerdo ofrecido por Podemos. ¿Lo harán? Parece que no, o al menos no en solitario, porque en los pasillos de la formación se rechaza de plano el "ordeno y mando" de Podemos. Y, sobre todo, porque el plan con los Anticapis ya está en marcha -se lanza el domingo en la anunciada asamblea- y con unas líneas programáticas "muy marcadas y muy ambiciosas".
A saber: ambas formaciones quieren crear un banco público madrileño, gobernar "no para todos sino contra el 1% explotador", implantar una renta básica en la Comunidad, lograr una educación 100% pública, expropiar por ley las viviendas vacías, revertir las privatizaciones y prohibir los despidos en las empresas que presenten beneficios.
Todo eso anda muy lejos de las pocas propuestas lanzadas por ahora por Podemos Madrid y su precandidata, Isa Serra. Y cada vez se acerca más la posibilidad de que "la unidad de la izquierda" se traduzca en tres listas electorales diferentes el 26 de mayo.