El separatismo viene con todo a Madrid este sábado. A las seis de la tarde y hasta las nueve, recorrerá la distancia que separa la plaza de Carlos V (Atocha) de la plaza de Cibeles con la plana mayor del Govern, los principales partidos y asociaciones por la causa y la simbología habitual: esteladas, lazos amarillos y hasta urnas del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.
Van a desfilar tras un lema unitario: 'La autodeterminación no es delito. Democracia es decidir'. El manifiesto final, que se leerá a apenas 600 metros del Tribunal Supremo, contendrá también referencias a la para ellos injusta situación de los máximos responsables del 1-O o del asedio días antes a la Consejería de Economía.
Los políticos se contarán por cientos, pero aseguran que quieren mantenerse en un segundo plano y bajo el escenario. Viajan, entre otros, el president Quim Torra, la portavoz Elsa Artadi y varios consellers; el presidente del Parlament, Roger Torrent; del PDeCAT, su presidente, David Bonvehí, o la alcaldesa de Gerona, Marta Madrenas, y por ERC, el diputado Gabriel Rufián o el candidato a la Alcaldía de Barcelona, Ernest Maragall.
Podemos, oficialmente, no asiste. Sí lo harán rostros más o menos conocidos de la formación y sus franquicias "a título individual". Pese a que el líder y la dirección comparten el fondo de la protesta y su lenguaje -su secretario general, Pablo Iglesias, habla de "presos políticos"-, la formación como tal, invitada a participar, se ausenta.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tampoco estará. Sí su 'número 2' en el Ayuntamiento, Gerardo Pisarello.
Aspiran a las 50.000 personas
A estos nombres hay que sumar el de los 150 alcaldes independentistas, que llenarán varios metros cuadrados fundamentales para el recuento que horas más tarde dividirá a la opinión pública. Una hora antes de la marcha, anuncian, se harán juntos una foto vara de mando en mano.
De una asistencia multitudinaria se llevan encargando semanas los convocantes, más de 60, entre los que se encuentran la ANC y Òmnium Cultural, pero también colectivos no catalanes, republicanos o próximos al 15-M. Se adhieren a la protesta miembros de EH Bildu desde el País Vasco, del BNG desde Galicia o del SAT desde Andalucía.
Los organizadores se garantizan una asistencia superior a las 20.000 personas sólo con los más de 400 autobuses -360 de ellos desde Cataluña- y 10 trenes AVE que partirán con destino a la capital, y aspiran a que se alcancen las 40 o 50.000 con quienes se acerquen en su vehículo particular o con los madrileños que puedan acercarse.
Todo, a un paseo del Congreso, del Senado, del Constitucional, de Génova, Colón, de La Moncloa. Del Ministerio del Interior, que prepara un despliegue amplio a prueba de contramanifestaciones y altercados. Los cánticos y pancartas popularizados por el secesionismo cambian de escenario. En el corazón del "Estado opresor", que lo llaman.