Muere Enrique Álvarez Conde, director del Instituto del máster de Cifuentes. Era uno de los titulares con el que los españoles despertaban el pasado lunes. El profesor de Derecho Constitucional y director del Instituto de Derecho Público de la Universidad Rey Juan Carlos falleció en el hospital por una infección derivada de la medicación para el cáncer de pulmón que sufría desde hacía tiempo.
Su muerte saltó a la prensa porque era uno de los acusados de falsedad en la causa del máster de la expresidenta madrileña Cristina Cifuentes. De hecho, la Fiscalía pedía para él la mayor pena de prisión: 3 años y 9 meses. Sin embargo, fuera del ámbito universitario casi nadie sabe que hasta cinco trabajadores de la Universidad Rey Juan Carlos han fallecido desde que el caso se destapó. Todos pertenecían al campus de Vicálvaro donde se encontraba el instituto dirigido por Álvarez Conde.
Las bajas médicas por cuadros de ansiedad y estrés también se solapan una semana tras otra en la Universidad, según trasladan fuentes internas a EL ESPAÑOL, que apuntan las posibles razones de esta situación: el sentimiento generalizado de "tristeza y bajón" por la mala imagen exterior de la institución y el miedo a que la prensa informe de "nuevos escándalos".
5 muertes en menos de un año
Parece que la fatalidad se ha cebado con el campus universitario donde se encuentra el instituto que dirigía Enrique Álvarez Conde con la profesora Laura Nuño como subdirectora. El primero ha fallecido y la segunda abandonó la universidad después de que trascendiera que fue quien convenció a la exministra socialista Carmen Montón de que cursara el máster de Estudios Interdisciplinares de Género en el Instituto de Derecho Público por el que acabó dimitiendo.
Pero no han sido las únicas bajas en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. En junio de 2018, poco después de salir a la luz el caso Cifuentes, falleció el profesor Carmelo Mercado, responsable del máster de Comercio Exterior, que tenía un convenio establecido con la Cámara de Comercio de España.
Un mes después, falleció la profesora Gemma García Ferrer, responsable del área de comercialización de la URJC y titular de Investigación de Mercado. En octubre de ese mismo año murió Javier Catalina, trabajador del campus de Vicálvaro.
El 31 de diciembre de 2018, la Universidad daba también el último adiós al profesor de Comunicación y Sociología Javier López Villanueva, del campus de Fuenlabrada, que también sufría una enfermedad. El último fallecimiento ha sido el de Álvarez Conde. Todos, en menos de un año.
Establecer una relación de causa efecto de las últimas muertes y bajas médicas con los escándalos del máster de Cifuentes, el de Montón o el curso de acceso al doctorado de Pablo Casado -al que convalidaron 18 de 22 asignaturas- sería temerario, puesto que dos de los fallecidos padecían cáncer desde hacía tiempo, sin embargo el ambiente en el campus es de pesadumbre, como si una maldición hubiera caído tras destaparse el escándalo.
"Presiones del rector"
Profesores en activo de la Universidad destacan la tensión que se vive a diario en la URJC, que ha llevado a algunos a coger bajas médicas por ansiedad. Ese ha sido el caso de Antonio Baraybar, director del departamento de Comunicación y Sociología. Precisamente este departamento contrató en octubre de 2018 como profesora a la sobrina de Carmen Caffarel, exdirectora general de RTVE y catedrática de Comunicación Audiovisual de la Universidad, según contó el diario ABC.
Unos hablan de un ambiente generalizado de "bajón", de "tristeza porque el proyecto de Universidad pública y eficiente para el que se lleva décadas trabajando es visto ahora como una institución intoxicada, politizada y negativa". "Los alumnos siguen confiando en nosotros, las matriculaciones han aumentado entre un 4% y un 5%, pero de cara al exterior sólo se habla mal de nosotros", explica uno de los responsables de captación de negocio de la universidad.
Otro profesor en activo califica la situación de "irrespirable". Habla de un ambiente de desconfianza constante entre los docentes -sobre todo en el campus de Vicálvaro- por varios motivos, entre ellos las presiones del rector Javier Ramos hacia ellos. "Amenaza con sacar información sobre 'chanchullos' constantemente, y esto provoca situaciones de tensión y bajas por ansiedad", explica. Algunos profesores temen a la vez que los medios publiquen nuevas informaciones filtradas por sus propios compañeros. La situación en la Universidad, según la describen sus propios trabajadores, es una auténtica "olla a presión".