La apuesta de Vox por las Fuerzas Armadas no ha sido sólo nominal ni de propuestas. Su idilio con el Ejército ha sido personal, con nombres y apellidos, en el que hasta seis generales se han unido a Santiago Abascal para ser cabeza de lista en las elecciones. Seis generales que han tenido que cambiar la arenga marcial por el discurso político, o al menos intentarlo.
El primero en probar las mieles de la política, con un pabellón lleno para escucharle, ha sido Manuel Mestre, cabeza de lista de Vox por Alicante. Teniente general del Ejército retirado, es uno de los que, según las encuestas, tendrá un puesto asegurado en el Congreso de los Diputados.
En el mitin compartido el Domingo de Resurrección con Santiago Abascal en el pabellón alicantino Pitiu Rochel, Mestre quiso destinar sus primeras palabras a justificar qué hace que "gente normal" como él, en Vox. Alentado por los gritos de "¡Viva el ejército!", animado con flamear de banderas españolas y usando un lenguaje de "héroes y villanos", este teniente general insistió en que baja a la arena política sólo "por valores" y por el "brillo en los ojos".
"Cuando me he acercado a la gente que estaba fuera del pabellón he visto que les brillaban los ojos y eso sólo significa ilusión, fe, esperanza, anhelo de una patria mejor…", ha asegurado sin perder ritmo en un discurso que animaba al personal.
Pero ¿qué lleva a un general a dejar a un lado las armas y entrar en política? "Razones más humanas. Ésta es una buena historia, en la que hay héroes y villanos". Y por si había dudas, Mestre lo deja claro: "Los villanos de esta historia son los supremacistas; los héroes, vosotros", concluía para regocijo de los simpatizantes del partido de extrema derecha.
"Vivir en paz"
Los valores no parecen ser suficientes para que un teniente general, bregado en liderar misiones militares en Afganistán y Kuwait, quiera ser parte de Vox: "También la paz".
"El ideario de Vox trata del desafío de vivir en paz con la inmensa mayoría de gente que piensa diferente a lo que nosotros pensamos y somos capaces de vivir en paz" (sic). Ni una mención por su parte a la ley que propone el partido para flexibilizar la normativa que permite tener armas.
Y quedaba la tercera lección del laureado teniente general para ser de Vox: "La política es demasiado importante para dejársela a los políticos". Según Mestre, "hay un imperativo moral que lleva a ciudadanos normales a ser ejemplos" y es precisamente prestigiar la política. "Vox más que un partido político es un movimiento social. Y nos hace llegar al corazón del español verdadero para preguntarles ¿qué vas a hacer tú por tu patria?". Su respuesta frente al escarnio que dicen sufrir de enemigos y medios de comunicación es concisa: "Sí estoy dispuesto".
A su lado, en la lucha, Mestre reconoce que tiene a un "político heroico, diferente, que no está en política por la ambición de poder, sino por la ambición de una situación de extrema necesidad"... Su "oh capitán, mi capitán". Quizá su Abraham Lincoln.
Y es que el teniente general utilizó los versos de Walt Whitman para presentar a su guía, a su faro en esta batalla: "¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, nuestro terrible viaje ha terminado,/ el barco ha sobrevivido a todos los escollos,/ hemos ganado el premio que anhelábamos,/ el puerto está cerca, oigo las campanas, el pueblo entero regocijado,/ mientras sus ojos siguen firme la quilla, la audaz y soberbia nave".