1. Primera victoria de un partido no nacionalista desde 1978
El de este miércoles fue el último pleno de Inés Arrimadas en el Parlamento autonómico catalán y Quim Torra se quiso despedir de ella con eso que las redes sociales llaman un "zasca". "Escuche un momento, señora Arrimadas", dijo Torra. Y tras unos segundos de silencio, el presidente añadió: "Este silencio es todo lo que queda de su paso por el Parlament".
Pero el presidente autonómico olvidaba algo. Porque Inés Arrimadas sí ha dejado algo en el Parlamento catalán, y no precisamente menor. La primera victoria, en votos y en escaños, de un partido no nacionalista en Cataluña desde la llegada de la democracia. Es decir, el principio del fin del régimen que ha gobernado la región durante los últimos cuarenta años. No es de extrañar que Torra olvidara convenientemente ese detalle.
2. La carta de dimisión del director de TV3
"Yo le pido que deje de ser el consejero de Propaganda del Govern, que deje de ser un comisario político. Y como quiero facilitarle las cosas para que usted dimita lo más pronto posible, le he redactado su carta de dimisión para que usted cumpla con lo que dice el Parlament de Cataluña y sobre todo con lo que dice la Justicia", le dijo Inés Arrimadas a Vicent Sanchis, director de TV3, durante el debate electoral del pasado 24 de abril. Y esa fue sólo su primera intervención de la noche.
3. Diana por excelencia de la xenofobia nacionalista
Ni Alejo Vidal-Quadras, ni José María Aznar, ni el rey Felipe VI, ni ninguno de los otros muchos enemigos públicos del nacionalismo catalán han provocado tanto odio y tanto desprecio, innegablemente xenófobo, como Inés Arrimadas en Cataluña.
Las pruebas de esa xenofobia, aderezada casi siempre con generosos chorros de supremacismo, machismo y clasismo, son innumerables y van desde los insultos de Núria de Gispert y Toni Albà hasta la famosa desinfección del suelo de la plaza del pueblo de Amer que Arrimadas había pisado pocos momentos antes. Pero quizá el más visual y maleducado de todos esos desprecios fuera la cobra con la que una de las integrantes de la mesa electoral en la que iba a votar Arrimadas evitó saludarla el pasado 28 de abril.
4. Sus intervenciones en el Parlamento
Acostumbrados a los debates sobre dogmas en los que todo el mundo estaba en el fondo de acuerdo, como el de la superioridad de los ciudadanos catalanes sobre los del resto del país, Inés Arrimadas ha supuesto una revolución en el Parlamento catalán. Desde el punto de vista de las formas, de la estética y de la dialéctica, Arrimadas es una política del siglo XXI rodeada de burgueses acomodados y líderes agrarios decimonónicos que fingen dirigir su región como si esta fuera una pequeña nación del siglo XIX.
El 12 de diciembre de 2018, durante una sesión de control en el Parlamento autonómico, Inés Arrimadas le reprochó a Quim Torra su apoyo a los CDR y le calificó de "peligro público". "Usted es un peligro público y lo que tiene que hacer el Gobierno de España es protegernos ante ustedes", dijo mientras le enseñaba un cartel con el número 155. "¿Es una amenaza? ¿Nos está amenazando? Porque sus palabras suenan a amenaza", le respondió un Torra, que jamás ha encontrado el tono adecuado para enfrentarse con éxito a Arrimadas.
Ha habido más, muchas más intervenciones memorables de la líder de Cs en Cataluña, pero había que escoger una y ha sido esta.
5. Su debate con Marta Rovira en Salvados
Posiblemente uno de los debates políticos más incómodos que han podido verse en este país. Apabullada por Inés Arrimadas –y eso después de que las imágenes grabadas del debate pasaran por las manos de los editores del programa para compensar en lo posible la soberana paliza dialéctica–, Marta Rovira fue apartada de los focos por su partido, ERC, y sus apariciones reducidas al mínimo imprescindible durante la campaña electoral previa a las elecciones autonómicas de diciembre de 2017. Tres meses después, Rovira se fugaba a Suiza. Resulta difícil saber si la republicana huía de Arrimadas o del Tribunal Supremo.
6. Sus apariciones en TV3
Arrimadas le tiene tomada la medida a TV3. La paciencia con la que despacha preguntas malintencionadas, demagogas o simplemente absurdas merecería una lista de al menos dos o tres docenas de vídeos. Pero puestos a escoger uno solo, optaremos por el de esa ocasión en la que Arrimadas le recordó a la presentadora del programa Preguntes Freqüents una verdad tan elemental como la de que en Cataluña se hablan dos idiomas, el español y el catalán, y que la libertad de hablar en el uno, en el otro o en una combinación cualquiera de los dos es innegociable.
7. Sus visitas a pueblos catalanes tomados por el nacionalismo
Pero si por algo ha destacado Inés Arrimadas es por haber esquivado esa trampa en la que han caído muchos de los líderes políticos contrarios al nacionalismo que la han precedido y que consiste en acabar debatiendo sobre los matices del marco mental nacionalista en vez de negarle a este la mayor.
Arrimadas se ha negado a ocupar ese papel de oposición cómoda que el nacionalismo siempre ha reservado para los no nacionalistas y quizá por ello ha hecho de sus visitas a pueblos catalanes nacionalistas uno de los ejes de su actividad pública. Si de algo han servido esas visitas es para demostrar que si Cataluña ha parecido en algún momento un oasis es porque nunca, nadie, se había enfrentado al nacionalismo con la contundencia con la que lo ha hecho ella.