Casado, Rivera y Abascal pusieron el grito en el cielo. Criticaron que los diputados presos juraran la Constitución comprometiéndose a "no respetarla", para además conseguir un sueldo pagado por el mismo Estado que "pretenden destruir". El PSOE -a través de la presidenta del Congreso, Meritxell Batet- guardó silencio. Podemos no se inmutó y despidió con abrazos a Sánchez, Junqueras, Rull y Turull.
Este martes, presentes los cuatro encarcelados por el procés, las formaciones separatistas hicieron hasta seis peinetas a España. En plena sede de la soberanía nacional. Durante lo que supuestamente iba a ser un acatamiento de la Constitución.
1. La camiseta de los 'países catalanes'
El separatismo encontró en la Mesa del Congreso maquinaria de fuste para activar su ejercicio propagandístico. Marta Rosique, de 23 años y diputada de Esquerra Republicana, se convirtió en la segunda autoridad más importante de la Cámara en calidad de parlamentaria más joven.
Durante toda la sesión vistió una camiseta con lo que ella considera la bandera de la república catalana y el rótulo: "Acción antifascista, países catalanes".
2. Los vídeos de los diputados presos
Los diputados presos incumplieron el mandato de los tribunales el lunes... y volvieron a hacerlo el martes. Por medio de los teléfonos móviles de algunos compañeros -algunas veces incluso grabándose entre ellos mismos- inmortalizaron sus juramentos.
Acto seguido los difundieron en redes sociales. El gesto estaba absolutamente planificado. En contra de lo que hicieron parlamentarios de otros grupos, los cuatro políticos presos llevaban escritas sus palabras en un papel.
3. Juramentos por la república catalana
Lo que debía ser el juramento de la Constitución fue convertido por los diputados presos en un esperpento. Todos se proclamaron "presos políticos" en la sede de la soberanía nacional y reafirmaron el "mandato del 1 de octubre", aquel pseudorreferéndum que les sirvió de excusa para proclamar durante unos minutos la república catalana.
Cada uno a su manera, con distintas palabras, prometieron la Constitución "por imperativo legal" y dibujaron España como un país donde se encierra a la gente por sus ideas políticas.
4. Llamada a Puigdemont
Por si no bastaran los vídeos difundidos en redes sociales, en contra de las indicaciones de los magistrados, los tres diputados presos del PDeCAT -Rull, Turull y Sànchez- charlaron con Carles Puigdemont desde el interior del hemiciclo.
El fugado expresidente de la Generalitat ordenó a su equipo fotografiarle mientras atendía la llamada y luego aireó el momento en su cuenta de Twitter. Con ese gesto, los tres parlamentarios afines a Puigdmemont se regodearon en directo y ante la mirada del resto de diputados.
5. El aprovechamiento de la cólera de Vox
A pesar de que fue Albert Rivera quien encabezó la protesta contra las proclamas de los independentistas, los parlamentarios de Vox procuraron acallar todas las intervenciones de ERC y PDeCAT. Lo hicieron con pataleos y golpes contra los pupitres.
Esa escena fue utilizada por el separatismo como la "prueba" de que en España es la ultra derecha quien silencia su mensaje "pacifista". Gabriel Rufián se encargó de trasladar este mensaje a la salida del Congreso, cuando habló de las artimañas del "fascismo".
6. Los aplausos a Batet
En un primer momento, la nueva presidenta del Congreso, Meritxell Batet, no quiso dar la palabra a Rivera. Al término de la sesión, aseveró que todos los juramentos, incluidos los de los diputados presos, habían respetado la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. No atendió las quejas de PP, Cs y Vox.
Esa actitud fue ovacionada con sorna por los diputados separatistas. El más efusivo fue Jordi Salvador, de Esquerra Republicana, el parlamentario que escupió a Josep Borrell.