Ciudadanos tendrá que esperar otros cuatro años para liderar un gobierno de calado, pero mantendrá su condición de árbitro en los feudos más importantes del país. Los de Rivera serán bisagra clave en Madrid -Ayuntamiento y Comunidad-, Castilla y León, Murcia o Aragón. También en una gran cantidad de municipios. El PP liderará el centro derecha durante el ciclo que empieza, pero los liberales han vuelto a ser el único partido que ha cosechado un grueso crecimiento en casi todas las plazas.
Albert Rivera, entre gritos de "¡vamos, Ciudadanos!" ha elegido estas dos cifras para describir la noche como una "victoria": "Tenemos un 80% más de concejales -2.787 en toda España- y hemos duplicado los diputados autonómicos". Los dirigentes del partido se han referido continuamente al crecimiento y han obviado en su comparecencia el objetivo incumplido: no ha habido 'sorpasso' al PP. Génova respira y Casado gana fuerzas para revitalizar su proyecto.
En las generales del pasado 28 de abril, Ciudadanos adelantó a los conservadores en la Comunidad de Madrid, Baleares, Aragón, Cataluña y Andalucía -estas dos últimas regiones no celebraban comicios este domingo-. Rivera se marcó como conquista repetir esos golpes a su rival directo, pero no lo ha conseguido. Una circunstancia que, en cierto modo, le empuja al centro, su casilla de salida: dispondrá de oportunidades de pacto a izquierda y derecha.
En Europa, Ciudadanos ha pasado de dos a siete parlamentarios, pero el aumento es moderado si se tienen en cuenta los cinco que obtuvo UPyD -ahora socio- en 2014. Luis Garicano, cabeza de lista, ha loado que los liberales sean bronce en la Cámara continental y se ha dicho con "muchas ganas de impulsar reformas".
El suspenso más relevante quizá sea el de Barcelona, donde la Operación Valls se ha tornado ineficaz. Esquerra Republicana ha ganado las elecciones, seguida de Ada Colau. Si Ciudadanos no apoya a la candidata populista, Ernest Maragall podría empuñar la vara de mando en la segunda votación gracias a su condición de líder más votado. Las grietas entre el ex primer ministro francés y Rivera se explicitaron en campaña: no coincidieron en ningún mitin. Para más inri, el fichaje "estrella" tan sólo ha sacado un concejal más de los que rascó Ciudadanos en 2015.
Las "victorias" de Madrid
El ambiente festivo -globos incluidos- que ha invadido la sede de Alcalá, 253 rebasada la medianoche ha estado circunscrito por lo sucedido en el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. En el Consistorio, sólo Villacís y Vox han crecido respecto a 2015. La alcaldable pasa de siete a once concejales y ya es propietaria de la llave que necesita José Luis Martínez-Almeida (PP) para ser investido.
La batalla por la Asamblea de Madrid ha entrañado más tensión. Gabilondo fue el presidente más probable hasta la segunda mitad del recuento, cuando los escaños definitivos cayeron del lado de PP y Ciudadanos. Isabel Díaz Ayuso se antoja la presidenta más probable, pero sólo podrá lograr el sillón si Ignacio Aguado dice "sí".
"Madrid ya es el dique de contención a Pedro Sánchez. ¡Hemos echado al populismo! Esta es la capital del constitucionalismo", ha celebrado Villacís. Aguado se ha mostrado contento por haber "aumentado en un 50% los escaños" en detrimento del "batacazo del PP".
Los estrenos sin 'sorpasso'
Hasta este domingo, Ciudadanos no contaba con ningún parlamentario autonómico en Canarias, Castilla-La Mancha y Navarra. En la Comunidad Foral, han perdido esa virginidad de la mano de una coalición junto a PP y UPN. Allí, su lista gobernará el Ayuntamiento, pero el PSOE podría negociar con el nacionalismo para hurtarle el Ejecutivo regional.
En las islas Rivera ha obtenido un par de asientos, pero han quedado muy lejos de los diez de los conservadores, vara de medir esta noche. Otro tanto ha ocurrido en Castilla y León. Han debutado con cuatro diputados, pero el PP, a pesar de su caída, mantiene 16.
En Castilla y León, Franciso Igea -el candidato que venció al pucherazo- ha duplicado sus butacas, de cinco a trece, pero los de Casado -que han perdido casi la mitad- se han quedado con 24. En este territorio, la derecha gobernará Palencia, León y Burgos mediante un acuerdo "a la andaluza", pero en Salamanca, por ejemplo, bastaría con la suma de Casado y Rivera -sin Vox-.