"No hay otra alternativa posible. O gobierna el PSOE o gobierna el PSOE". Nada más ser propuesto por el rey Felipe VI como candidato a la investidura, Pedro Sánchez lanzó la advertencia a sus potenciales aliados. Exijan lo que exijan en los albores de la negociación, tendrán que acabar rindiéndose a la evidencia y apoyarle.
El líder del PSOE y candidato a la investidura compareció por sorpresa pasadas las 21:30 en el Palacio de la Moncloa para agradecer el "honor" de "poder liderar España". El también presidente en funciones anunció que el martes que viene se reunirá con los líderes de los tres principales partidos tras el PSOE: Pablo Casado (PP), Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos), aunque los dos primeros ya han avanzado que no tienen nada que negociar. Un día antes, el lunes día 10, se reunirá la Ejecutiva Federal del PSOE para formalizar la comisión que coordinará las negociaciones.
En realidad, la reunión clave es con Iglesias y la ronda con Sánchez termina ahí porque por número de escaños, el siguiente sería Santiago Abascal (Vox). Sánchez ha asegurado también que habrá contactos con el resto de partidos.
El líder socialista no avanzó nada sobre los aliados potenciales con los que espera contar, pero sí que hablará "con todas las fuerzas políticas dentro del marco constitucional".
Según él, el PSOE debe gobernar sencillamente responde al "mandato expresado de forma mayoritaria por el conjunto del pueblo español" en las elecciones generales, reforzado "políticamente" por las europeas, municipales y autonómicas de hace dos domingos.
Los ejes de esas conversaciones para asegurarse la investidura serán la "transición ecológica, digitalización, desigualdad y Europa".
El escollo de Navarra
Preguntado por si nombrará a ministros de Unidas Podemos si esa es una condición irrenunciable de Pablo Iglesias para apoyarle, Sánchez no soltó prenda. Según él, es normal que haya "unos diciendo que no, otros que quieren entrar en el Gobierno". Lo importante es comenzar a hablar, según él.
El PSOE mantiene además un conflicto abierto con su federación navarra. En la comunidad Foral ganó Navarra Suma (UPN, PP y Ciudadanos) y sus dos diputados en el Congreso, que provienen de UPN, podrían sellar la elección de Sánchez. El presidente del partido foral, Javier Esparza, sugirió la abstención de sus dos parlamentarios si le permiten a él ser presidente. La alternativa es que la líder del PSN, María Chivite, intente un pacto de izquierdas que siempre dependería de que EH Bildu lo apoye o se abstenga.
"Nosotros no vamos a pactar con Bildu", dijo Sánchez, sin descartar aceptar una abstención para la que no medie un acuerdo. "El PSN y el PSOE tenemos la misma posición", dijo. "Con Bildu no se acuerda nada".
A lo largo de la tarde del jueves, los presidentes de Ciudadanos y PP, Albert Rivera y Pablo Casado, respectivamente, ratificaron sus posturas en relación con la investidura: ni votarán a favor ni la facilitarán con una abstención. Eso sí, no se oponen a que lo haga Navarra Suma si ello sirve a la coalición -que agrupa a UPN, PP y Cs- para hacerse con el poder en Navarra y en el Ayuntamiento de Pamplona.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha invitado a Sánchez a "armarse de paciencia", avisando de que peleará una coalición hasta el último minuto. Iglesias, ve "evidente" que Sánchez está buscando un pacto con Rivera y "lo que también parece evidente es que no lo está encontrando". Ha dejado en manos del líder socialista la responsabilidad de "iniciar los contactos".