A falta de líder, con Oriol Junqueras en la cárcel, Carles Puigdemont a la fuga, Quim Torra procesado, ERC y JxCAT más divididos que nunca tras el pacto de los exconvergentes con el PSC en la Diputación de Barcelona, y con la ANC llamando a la rebelión contra los políticos independentistas, el presidente del Parlamento autonómico catalán, Roger Torrent, ha cogido las riendas y adoptado el papel de cabecilla del procés. El cambio de rol no le ha impedido, sin embargo, seguir ejerciendo de látigo del constitucionalismo en la cámara legislativa catalana. Una tarea en la que Torrent ha adelantado por la derecha a todos sus predecesores.
El pasado miércoles, durante la sesión de control al presidente de la Generalidad, el diputado y portavoz del PP Alejandro Fernández aprovechó su intervención para reprocharle al presidente regional Quim Torra haber calificado al Estado español de "facha". "A lo mejor el facha es usted", dijo Fernández. De inmediato, Roger Torrent le exigió al líder del PP catalán que retirara la expresión, a lo que Fernández se negó al considerar que sólo estaba utilizando la misma expresión que Torra había utilizado anteriormente en referencia a España. El rifirrafe acabó con una llamada al orden del presidente del Parlamento.
No es la primera vez que en el Parlamento catalán se reprende a un diputado constitucionalista por utilizar expresiones pronunciadas por los líderes separatistas. El 3 de abril de este mismo año, Josep Costa, el vicepresidente del Parlamento catalán, actuando como presidente en ausencia de Torrent, interrumpió a Inés Arrimadas en dos ocasiones cuando esta recordó la expresión "bestias taradas con forma humana" que el presidente catalán utilizó en uno de sus artículos para referirse a los españoles.
Un segundo frente vasco
Sólo un día antes del incidente con Alejandro Fernández, Roger Torrent había pedido a los líderes políticos del País Vasco que "abran un segundo frente al Estado en la lucha por los derechos y las libertades fundamentales". Lo hizo durante una conferencia en Vitoria organizada por la plataforma separatista Gure Esku. En su intervención, Torrent abogó por activar "todos los mecanismos de presión que sean necesarios" para que al Gobierno central "le salga más a cuenta negociar un referéndum de autodeterminación que impedirlo".
El jueves, sin embargo, y consciente de que el mensaje debe cambiar cuando el auditorio no es el mismo, Torrent dio una conferencia en el hotel Palace de Madrid en la que renunció a la vía unilateral con el argumento de que "la unilateralidad no la ejerce quien quiere, sino quien puede". A cambio, propuso una ley de claridad similar a la canadiense que determine el cómo y el cuándo de un referéndum de autodeterminación pactado con el Gobierno y "que ponga fin al conflicto".
Sin posibilidad de referéndum
La propuesta de Torrent fue rechazada apenas unas horas después por Josep Borrell, que recordó que el caso canadiense no es un ejemplo puesto que los dos referéndums celebrados en Quebec fueron unilaterales. De hecho, fue la ley de claridad canadiense, que establece unas condiciones draconianas para los separatistas, la que ha impedido que se celebre ningún referéndum de autodeterminación desde su aprobación. "No sé cuántas veces el presidente del Gobierno tiene que repetir que no existe ninguna posibilidad constitucional de celebrar un referéndum de secesión en Cataluña" añadió Borrell.
La negativa del socialista no desanimó a Torrent, que el viernes volvió a insistir en el referéndum pactado durante una entrevista en la Ser Cataluña. "El Gobierno sabe que la única vía que hay para resolver el conflicto con Cataluña es el referéndum", dijo el presidente del Parlamento autonómico. Luego, añadió que Cataluña es el único territorio del Estado que no ha votado su marco legislativo, es decir su Estatuto. A los pocos segundos, sin embargo, Torrent matizó sus palabras: "No es lo que hemos votado, hay un tribunal que rompe el texto que había sido legitimado por los ciudadanos. Esta crisis se tiene que resolver votando con un referéndum".
Palo y zanahoria
El inesperado protagonismo de Torrent durante la última semana y su calculada estrategia de palo al constitucionalismo en el Parlamento y zanahoria al Gobierno en Madrid –el de ERC insinuó que su partido podría votar a favor de la investidura de Sánchez a cambio de algunas concesiones– parecen destinados a consolidar su posición en la primera línea política de cara a la sentencia por el juicio del procés que se hará pública tras el verano.
En la práctica, el presidente del Parlamento es la segunda autoridad autonómica tras el presidente de la Generalidad. Pero con Torra anulado, amenazado de inhabilitación y atado por las estrategias de Carles Puigdemont, y ante el vacío de poder generado por la parálisis del Gobierno regional y del Parlamento catalán, Torrent tiene muchas cartas en la manga para posicionarse como futuro líder de la Cataluña posterior al procés. Es decir, de la Cataluña del procés 2.0.