"Los sindicatos están muy cabreados, nuestra gente no entiende que Pedro Sánchez esté perdiendo esta oportunidad". La semana en el Congreso, sin verdadera actividad, ha sido pródiga en confesiones de café. Los diputados de Unidas Podemos han hecho oír su mensaje. Después de casi tres meses desde las elecciones, "cada día nos levantamos esperando a ver cuál es la nueva excusa para no llegar a un pacto con nosotros".
Según se acerca la fecha del debate de investidura, las fuentes parlamentarias de la formación de Pablo Iglesias levantan más las cejas, incrédulas ante la actitud del líder socialista. "Dicen que es ahora en julio o ya no hay opciones, pero no hacen nada por que sea ahora". Es más, lo que molesta sobremanera en las filas moradas es que el presidente en funciones no sea sincero. "La CEOE ya ha dejado claro lo que quiere: o un Gobierno del PSOE con Ciudadanos, o del PSOE solo, o repetir elecciones... los empresarios son coherentes, pero lo alucinante es que Sánchez esté de acuerdo con ellos".
En todo caso, más allá de las quejas por la situación del hoy, en Unidas Podemos advierten a los socialistas de que "están jugando con fuego" con el mañana. Porque la vuelta del verano no será un escenario propicio para llegar a pactos. "Ahora salen las cuentas para un gobierno de coalición, pero en septiembre los partidos separatistas estarán celebrando la Diada y preparándose para la sentencia del procés". Y eso, en opinión de las citadas fuentes parlamentarias de los de Iglesias, dificultará contar con sus apoyos.
Y en ese escenario, los cuatro diputados del huido Carles Puigdemont (JxCat) y los 14 del encarcelado Oriol Junqueras (ERC) -que trabajan en unidad de acción con los cuatro de EH Bildu- podrían cambiar de bando y plantarse en el mismo no que PP, Cs, Vox, Navarra Suma y Coalición Canaria. Esa combinación sumaría 173 votos contrarios, suficientes para tumbar la investidura de Sánchez en un Congreso con 346 diputados porque cuatro están presos -el propio Junqueras, Sànchez, Rull y Turull-, dado que ya no podría haber más síes que noes.
Las citadas fuentes ven este escenario factible, ya sería repetir la alianza circunstancial "entre las derechas y los independentistas" que tumbó los Presupuestos en febrero y precipitó el adelanto electoral.
Pero la tormenta perfecta, en opinión de las citadas fuentes, vendría con la convocatoria de nueves elecciones. En el Tribunal Supremo aseguran que las previsibles condenas del procés se harán públicas a finales de septiembre o principios de octubre, en plena precampaña de esas hipotéticas generales del 10 de noviembre. "Ese cabreo de nuestra gente, que no entiende lo que estamos haciendo, les va a desmovilizar", auguran, "y eso junto a la sentencia, que movilizará a las derechas y sus banderas, pondría a Pablo Casado en la Moncloa".
Por eso en Unidas Podemos no comprenden cómo el PSOE se la está jugando a sacar la investidura ahora "sin negociar con nadie", tal como apuntaba su diputada Yolanda Díaz esta semana en rueda de prensa. Como si "no supiera dónde se puede estar metiendo", Sánchez trata de ser presidente "a cambio de nada" y puede quedarse, precisamente así, sin nada.