Pasaban los días, las semanas incluso y la cosa no avanzaba. De hecho, se enquistaba. La "negociación nunca empezada" entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se había convertido en un duelo de bravatas en los medios de comunicación. Además, de un modo alambicado.
Que Unidas Podemos estaba en el no a la investidura del presidente en funciones era un hecho hasta que no hubiera un acuerdo. Nunca tendremos certeza de que lo utilizara como desafío el líder morado bajo el techo de Moncloa mirando a los ojos del socialista. Pero que fuera una nota filtrada del PSOE la que se lo atribuyera fue asumido como "un juego muy feo" desde las filas de Iglesias.
"Si quieren amenazarnos con elecciones, que lo digan claramente", comentaba una fuente del entorno más cercano al secretario general de Podemos, "pero atribuir a Pablo unas palabras en la nota de prensa del PSOE... eso no".
Eso ocurrió el 25 de junio, martes. Ya era la cuarta reunión fracasada de las cinco que oficialmente han mantenido ambos dirigentes en estos casi tres meses desde el 28-A. Pero unos pocos días antes se había empezado a correr un rumor por los pasillos del Congreso. Un rumor interesado que convenía al PSOE en el momento en el que se había empezado a abrir a "ministros independientes sugeridos por Podemos".
Las llamadas de Ábalos
A mediados de junio, José Luis Ábalos, secretario de Organización, ministro de Fomento, jefe negociador y -evidentemente- hombre para todo de Pedro Sánchez había mantenido una ronda de conversaciones telefónicas con los grupos pequeños para empezar a sondear apoyos a la investidura del candidato designado por el Rey.
Según fuentes conocedoras de estas llamadas, Ábalos preguntaba qué pedían los integrantes del Grupo Mixto para tratar una negociación. El número tres del PSOE no se comprometía a nada, pero al menos una de estas llamadas la despachó con buenas palabras, según las citadas fuentes.
Joan Baldoví, antiguo socio de Podemos como confluencia y en esta ocasión cabeza de la lista propia de Compromís en las elecciones del 28-A, se quedó con la sensación de que su voto podría ser afirmativo. Porque Ábalos "acogió muy bien las demandas" de los nacionalistas valencianos: mejora de la financiación autonómica, la condonación de la deuda de la Marina de Valencia, la gratuidad de la autopista AP-7 y medidas paliativas para la crisis del sector citrícola.
Tanto que hace 10 días, el Gobierno ya confirmó que la autopista que recorre el Mediterráneo será gratuita a partir del 1 de enero.
Y fue Baldoví, uno de los diputados que más claro habla de los 350 con asiento en la Carrera de San Jerónimo el que puso el rumor sobre los micrófonos. Explicó que "cualquier fórmula que consiguiera sumar, vale", y que apoyará la investidura de Pedro Sánchez si se cumplen sus exigencias. Pero -y ahí vino el favor al PSOE- Baldoví añadió: "No me importaría ser el submarino de quien sea, si al final hubiera una compensación".
El diputado de Compromís, que siempre ha defendido que él "nunca" obstaculizará un gobierno de izquierdas, apostó por la presencia de Podemos en el Gobierno de un modo un tanto extraño. Preguntado por qué independientes podrían formar parte del gabinete a propuesta de Pablo Iglesias propuso a los líderes de Más Madrid, "Manuela Carmena e Íñigo Errejón".
Las 'elecciones' del 10 de noviembre
Ese fue el señuelo que usó Pedro Sánchez para preocupar a Iglesias con una repetición electoral, en la que Podemos no tendría buenas expectativas. En las siguientes semanas fueron numerosos los medios que comenzaron a hacer quinielas y a jugar con esos dos nombres. La exalcaldesa como ejemplo de alguien quizá más astuto que el propio Iglesias, para ser ministra de Justicia; y el exfundador de Podemos como modelo de "alta traición", como amenaza para noviembre.
Dada la habilidad y la audacia demostrada por Sánchez en su vida política, en Podemos hubo quien comenzó a temerse una jugada maestra de última hora que tratara de descolocar a Iglesias justo antes de la investidura que comienza este lunes. Como la de saciar la añoranza política de la exjueza que ella misma se encarga de airear con visitas esporádicas al Congreso -la última, la semana pasada- ofreciéndole a Carmena ocupar el Ministerio de Justicia.
Poco podría quejarse Iglesias, al menos en público: pese a su jugada con Errejón, pidió el voto para ella el 26-M. Y además Sánchez podría venderle la caída de Dolores Delgado como una concesión, ya que Podemos la tiene enfilada por su relación presuntamente amistosa con Villarejo.
Y no fueron pocos los periódicos y televisiones, las tertulias de radio y de bar, que giraron alrededor de los movimientos de Errejón para convertir Más Madrid en Más España. Cierto que el rumor se había alimentado un mes atrás, cuando al día siguiente de las elecciones autonómicas, diputados electos de su formación consideraron esta expansión un "objetivo bastante razonable".
Pero en pocos días el propio Errejón desmintió tal posibilidad, aseguró que su objetivo era "consolidar su formación", una vez caída la lideresa Carmena, y cumplir su compromiso en la Asamblea de Madrid... eso sí, su entorno más cercano nunca lo desmintió del todo: "En el futuro no puedes descartar nada", decían sus portavoces. ¿Jugando a asustar a Iglesias con un movimiento rápido si se repiten elecciones el 10 de noviembre? "No creas, no daría tiempo, esto es más un juego de Sánchez que nuestro".
Confirmado que el rumor era antesala de la noticia, ahora falta que Sánchez e Iglesias vuelvan a creerse uno al otro alguna de las cosas que dicen. Que tienen que formar un Gobierno de aquí al jueves.