Una semana después de la publicación del primero de los artículos del diario Público sobre la supuesta conexión del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) con el cerebro del atentado de Las Ramblas y Cambrils, sólo el Gobierno catalán y los partidos separatistas catalanes siguen todavía abonados a la teoría de la conspiración. Incluso Pablo Iglesias, que en un primer momento dio pábulo a las teorías del diario dirigido por Ana Pardo de Vera, ha preferido obviar cualquier referencia al asunto durante los últimos días y dejarlo morir en vista de la fragilidad de las evidencias.
No fue ese el caso de Gabriel Rufián (ERC), que ayer martes, durante su intervención en el Congreso de los Diputados, se lamentó de que el Gobierno y los medios de comunicación no hayan dado espacio a las informaciones de Público. "No quiero alimentar teorías de la conspiración, pero ¿alguien se imagina que un medio estadounidense destapara la información de que a lo mejor los autores del 11-S eran confidentes de la CIA?", dijo Rufián antes de pedir la apertura de un comisión de investigación y la comparecencia de la directora en funciones del CNI, Paz Esteban.
La alusión del portavoz de ERC a una hipotética connivencia de los servicios secretos del Estado con los responsables del atentado no obtuvo respuesta por parte de Pedro Sánchez, al que los votos de los republicanos facilitarían mucho su investidura. Ningún otro miembro del Gobierno respondió de forma oficial u oficiosa a las palabras de Rufián, que sí obtuvieron eco en los medios catalanes.
A la intervención de Rufián, que también pidió la comparecencia del presidente Pedro Sánchez, del ministro de Interior Fernando Grande-Marlaska y de la ministra de Defensa Margarita Robles, se sumaron las preguntas que JxCAT ha presentado en el Congreso y en el Senado pidiendo explicaciones sobre la relación entre el imam de Ripoll y el CNI.
Cartas a los consulados
El jueves pasado, fue la propia Generalidad la que pidió por carta una reunión con el Gobierno. La autora de la carta fue Meritxell Budó, consejera de Presidencia del Gobierno catalán, y sus destinatarias, Carmen Calvo y la ministra de Defensa. "Os pedimos concretar una reunión, con el formato que deseéis, para informar y dar las explicaciones que consideréis y que sirvan para frenar esta situación y, en la medida de lo posible, acabar con la alarma social generada", decía la misiva.
A día de hoy, la carta de Budó no ha obtenido respuesta por parte del Gobierno. Como tampoco lo ha hecho la iniciativa más polémica de todas, la del presidente de la Generalidad Quim Torra cuando ordenó la semana pasada a su consejero de Exterior Alfred Bosch que enviara una carta a todos los consulados internacionales con víctimas por los atentados del 17 de agosto de 2017 informando de la supuesta exclusiva del diario Público y poniéndose a disposición de ellos para todo aquello que puedan necesitar.
Las teorías de la conspiración también han sido usadas durante los últimos días por políticos y periodistas afines a la extrema izquierda y el nacionalismo vasco y catalán, y entre ellos Arnaldo Otegi, que retuiteó en su cuenta de Twitter el primero de los artículos de la serie publicada por el diario del empresario Jaume Roures.
Quien sí dio respuesta, aunque escueta, a las informaciones publicadas fue el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, que el jueves pasado recordó que el 6 de marzo de 2018 el CNI ya dio explicaciones sobre el atentado en la Comisión de Gastos Reservados del Congreso por boca de su director de aquel entonces, Félix Sanz Roldán. Ábalos pidió también que no se usara el atentando "como instrumento para otros propósitos", aunque su petición cayó en saco roto en Cataluña. Por su lado, el diputado de Ciudadanos Juan Carlos Girauta calificó las informaciones de "factoide políticamente sincronizado".
El sábado pasado, Jaume Roures, propietario del diario Público, se sorprendió en el programa Preguntes Freqüents de TV3 -donde fue entrevistado en directo-, de que ninguna "fuente oficial o alto cargo de las Fuerzas de Seguridad del Estado" hubiera desmentido aún las informaciones de su medio. "Me sorprende que la prensa de Madrid no se haya preocupado de nada", añadió, antes de insinuar que la persona "indicada" para dar explicaciones sobre el asunto es Soraya Sáenz de Santamaría.
De las teorías de la conspiración no se ha hecho eco, en efecto, prácticamente ningún medio serio, ni de Madrid ni del resto de España, ni a derecha ni a izquierda. La propia directora de Público, Pardo de Vera, se vio obligada a reconocer en TV3 que las teorías que hablan de un papel activo del CNI en la organización del atentado, o al menos de su pasividad, eran "un disparate". Medios de izquierdas como eldiario.es, La Marea o CTXT tampoco han dado mayor relevancia a la información.
Periodistas como Marcos Lamelas o Ignacio Escolar han explicado, por su parte, por qué la información publicada no es más que una retahíla de hipótesis sin pruebas plagada de datos tergiversados que pretenden insinuar una cooperación del CNI desmentida por un simple estudio atento de los datos y de las fechas.
Según informaba el diario Público en el primero de sus artículos, la investigación ha ocupado "un año de trabajo" de sus redactores.