Este lunes se celebra un pleno extraordinario en el Ayuntamiento de Barcelona sobre los atentados del 17-A de 2017 en la capital catalana y Cambrils (Tarragona). Una sesión impulsada por el concejal de Junts per Cat y exconseller de Interior, Joaquim Forn, procesado y encarcelado de manera preventiva por su participación en el posterior golpe separatista de octubre del mismo año. El pleno es "una falta de respeto a las víctimas" y una "trampa para dividir a la sociedad" en la que han caído los independentistas y "en la que quieren hacer caer a la sociedad catalana", según el concejal barcelonés y ex primer ministro francés, Manuel Valls.
Forn, con el apoyo de su grupo y de ERC reclama que se esclarezcan las presuntas relaciones del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) con el líder de la célula yihadista, Abdelbaki Es Satty, fallecido el día anterior a los ataques, el 16 de agosto. El imán de Ripoll murió en la explosión del chalé de Alcanar (Tarragona) en el que se montaban las bombas que pretendían utilizar los islamistas en un ataque potencialmente mucho más mortífero que el finalmente improvisado al día siguiente. Su inciativa ha reactivado la teoría de que el CNI dejó que ocurriera el ataque para desbaratar el procés a raíz de la publicación de una supuesta exclusiva en el diario Público hace unos días. En ella se afirmaba que Es Satty era "confidente del CNI hasta el mismo día de su muerte".
Sin embargo, estas afirmaciones fueron desmentidas por los propios investigadores del ataque en una comparecencia a puerta cerrada en la commisión que investiga el 17-A en el Parlament. El CNI intentó captar a Es Satty, pero no lo logró. Sus datos, movimientos y contactos nunca fueron borrados de los registros de ningún cuerpo de seguridad, como se afirma en esa serie de informaciones. Y los documentos que presuntamente prueban el control sobre los yihadistas fueron elaborados a posteriori en una investigación para esclarecer los fallos que propiciaron los atentados. "Porque siempre que hay atentado ha habido un fracaso", admite Valls, también ex ministro del Interior en Francia.
En conversación con este periódico, el edil acusa al medio de comunicación de Jaume Roures de "dar una versión interesada" en consonancia con su "prolongado activismo de extrema izquierda"; al presidente de la Generalitat, Quim Torra, de "mentir" al apuntarse a la teoría de la conspiración de que el CNI pudo evitar los atentados "y no lo hizo para perjudicar a los independentistas"; y a Pablo Iglesias de "idiota útil" de todo este ataque al Estado.
El líder de Podemos se apuntó a lo largo de los últimos días a la conspiranoia contra "los grandes medios" y su "silencio"; contra "el poder" en España y "cómo funciona"; y, como corolario, contra "ciertos vetos para que nada cambie", a los que atribuye el fracaso de su negociación de gobierno de coalición con Pedro Sánchez.
"Torra miente"
El presidente de la Generalitat tachó de "escándalo gravísimo" lo publicado en el periódico propiedad de Roures, el empresario de medios de comunicación que, de hecho, dio soporte tecnológico a las comunicaciones del 1-O para la Generalitat entonces presidida por Carles Puigdemont. Torra y su portavoz, Meritxell Budó, exigieron "máxima transparencia" y "explicaciones inmediatas del Gobierno del Estado".
Pero de las declaraciones que hicieron los investigadores en sus comparecencias en el Parlament -y como explica la documentación publicada días después en La Vanguardia- se extrae que las informaciones publicadas en Público son un montón de hechos inconexos que no demuestran las conclusiones a las que llega y con las que Público titulaba sus piezas. "Torra miente", sostiene Valls, "porque sabe que hay datos que no son verdad, busca el daño al Estado de Derecho y cae en la trampa de los terroristas".
Para el edil hispanofrancés, "los independentistas se saben en un callejón sin salida" y por eso "se agarran a lo que sea para su proyecto a largo plazo de abrir grietas al Estado". Valls tiene mucho cuidado de no opinar sobre hechos previos a su establecimiento en España, pero acusa a Torra de mentir "a sabiendas", a Roures de abonar "la teoría de la conspiración" y a Forn de utilizar su condición de preso por el golpe separatista para victimizarse.
"Usan la propaganda, las redes sociales y algunos medios de comunicación para debilitar al Estado", concluye. Y por eso pide "responsabilidad" a la alcaldesa Ada Colau. La líder de los Comuns podría estar negociando con Ernest Maragall y Elsa Artadi una resolución que se aleje de las acusaciones de Torra: "Ellos estaban en aquel Govern, deben ser responsables", pide Valls.
"Si hay atentado es un fracaso"
De hecho, el ex jefe de Gobierno en Francia recuerda que "lo normal es tratar de tener controlado a un imán, alguien que lidera un grupo de chicos que se están radicalizando". Valls recuerda los casos con los que le tocó lidiar cuando él dirigía la seguridad interior en Francia o lideraba el Ejecutivo del presidente François Hollande. "¿Que los servicios de Inteligencia contactaron con Es Satty cuando estuvo en prisión? Es que es así como se desactivan atentados como éste casi todos los días en toda Europa".
Pero, ¿era confidente del CNI el imán de Ripoll? Lo cierto es que no quedaba acreditado en los documentos desvelados por Público. Sí que los servicios de espionaje españoles lo intentaron -como de hecho explicaron los investigadores que se hizo "infructuosamente"-, y sí que el propio Es Satty accedió a un "buzón muerto", pero que nunca contestó a las comunicaciones de los espías españoles.
Y los seguimientos que el CNI hizo a los integrantes de la célula, ¿demuestran que el Estado estaba al corriente y dejó que los atentados ocurrieran? En realidad tampoco, sólo que había sospechas sobre los alojados en Alcanar (Tarragona) que finalmente atentaron en Las Ramblas y Cambrils el 17 de agosto de 2017, pero el informe detallado se realizó sólo después del 17-A y en el transcurso de la investigación para averiguar lo ocurrido y dónde pudo haber errores.
"Porque lo cierto es que si hay atentado es que algo ha fallado", admite Valls. "Y hay que investigarlo todo para que no vuelva a ocurrir". Eso es lo que demuestran los informes publicados sobre la geolocalización, los mensajes y las búsquedas en internet realizadas por los terroristas a partir de los móviles que, de hecho, recuperaron los Mossos en los escombros del chalet okupado de Alcanar que hizo explosión un día antes de los atentados.
Durante su conversación con EL ESPAÑOL, el ex jefe de Gobierno recuerda en varias ocasiones el ataque a la sede de la revista satírica Charlie Hebdo, en París, perpetrado durante su etapa al frente de Matignon. Y el trabajo que hizo su Ejecutivo con dos objetivos: aclarar lo sucedido, "porque eso se lo debemos a las víctimas", y desmontar relatos alternativos, "que siempre son más atractivos que la realidad, aunque falsos". Y es que Valls tiene claro que "lo que buscan los terroristas siempre es dos cosas: sembrar el terror; y a largo plazo, dividir a la sociedad... en este caso, lo pueden estar logrando".
"Musulmanes mejor que latinos"
Los atentados del 17-A fueron los primeros ataques yihadistas perpetrados en España por terroristas islamistas de segunda generación, nacidos o criados aquí. No venían de fuera, supuestamente estaban integrados. Ésta es una circunstancia que siempre cuesta primero detectar por los servicios de seguridad y de espionaje, y luego aceptar por la sociedad. Es algo muy habitual en los atentados perpetrados en Europa en los últimos años -París, Bruselas, Berlín...- pero no había ocurrido en España hasta agosto de 2017.
"Yo creo que hay una parte de la sociedad catalana que no ha podido aceptar lo que pasó, que se avergüenza... porque se les rompe eso que con la lengua catalana se integra y ya está", añade Valls. Y para abundar en esta teoría, recuerda la tradición de utilizar el lenguaje para tratar de confirmar realidades alternativas: "El Ayuntamiento de Barcelona acaba de publicar un documento de cómo hablar sobre el Islam: no puedes decir islamismo, porque usas la palabra que nombra la religión; no se puede decir yihadismo, porque en el islam 'yihad' no siempre es guerra... Si ocultas las palabras es que quieres esconder la realidad", concluye el político hispanofrancés.
Sin decirlo expresamente, Valls se refiere al proyecto nacionalista expresado en el pasado por Jordi Pujol -"es más fácil integrar a un musulmán en Cataluña que a un latino"-. En Cataluña, desde hace décadas se ha hecho un especial hincapié en la inmersión lingüística y se han financiado grupos catalanistas entre la inmigración de origen musulmán. Al punto de que las proporciones de habitantes de origen extranjero son muy distintas a las del resto nuestro país.
Según los datos oficiales del INE, menos de un 25% de los latinoamericanos que viven en España (848.000) lo hacen en Cataluña (192.000) mientras que más de la mitad de los paquistaníes residentes en nuestro país (82.000) están empadronados en la comunidad autónoma catalana (45.000). Y asumir que la segunda generación de este proyecto es la que atacó el 17-A "ha avergonzado a muchos", colige Valls.