En pleno periodo vacacional el Rey Felipe VI se ha posicionado respecto a la situación de bloqueo político que vive el país para la formación de gobierno tras la investidura fallida del presidente del Ejecutivo en funciones y líder del PSOE, Pedro Sánchez. A su juicio, "lo mejor es encontrar una solución antes de ir a elecciones".
El Rey prefiere que no se produzca una repetición electoral y hace un llamamiento a los líderes de las formaciones políticas para encontrar una solución que evite llegar a ese escenario, que se produciría el próximo 10 de noviembre en caso de que Sánchez no logre contar con los apoyos necesarios para ser investido, ya sea llegando a un acuerdo con Unidas Podemos, o contando con la abstención de PP o Ciudadanos.
"Esperemos que haya margen para que los partidos que tienen la confianza de los ciudadanos después de las últimas elecciones puedan encontrar una solución y si no la encuentra, pues también hay una solución dentro de los cauces constitucionales", ha manifestado el jefe del Estado, que el miércoles recibirá a Sánchez en el tradicional despacho de verano.
Felipe VI apela así al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en quien la ciudadanía depositó su confianza de forma mayoritaria en las elecciones del 28 de abril, para que encuentre la forma de llegar a un acuerdo que le permita ser investido presidente. Pero también se dirige al resto de formaciones.
Navarra, línea roja
Unidas Podemos ha sido el "socio preferente" del PSOE durante las negociaciones, sin embargo, la cuerda se tensó demasiado durante la sesión de investidura y acabó rompiéndose el pasado jueves 25 de julio, cuando el partido morado optó por la abstención tras escenificar una relación altamente tensa, con negociaciones y ofertas de última hora que se trasladaron hasta la misma tribuna del Congreso.
Tras el fracaso de la investidura, varios dirigentes socialistas aseguraron que daban por "cerradas todas las vías" y la posibilidad de un gobierno de coalición con Unidas Podemos, y apelaron a la responsabilidad de Estado de PP y Cs para que se abstengan en una nueva sesión de investidura.
El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, pidió entonces a los líderes de ambas formaciones, Pablo Casado y Albert Rivera, desbloquear la situación: "Ahora les toca el turno a ellos. Ya no tienen esa excusa", aseguraba.
Sin embargo, esa vía parece llevar también a tierra de nadie. El partido naranja mantiene su veto a Pedro Sánchez -aprobado por unanimidad de su Ejecutiva antes incluso de la cita con las urnas- por haber contado con el apoyo de partidos separatistas. Y esa postura se ha consolidado más aún tras la formación del Ejecutivo en Navarra, donde la socialista María Chivite ha asumido el poder con el respaldo de Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra, y la abstención de EH Bildu.
La portavoz de Ciudadanos, Lorena Roldán, aseguró tras conocerse el acuerdo que Pedro Sánchez "ha traspasado una línea roja muy grave, inaceptable para los demócratas". A su juicio, ese "pacto de la vergüenza" ha dejado "claro" cuáles son los verdaderos "aliados de Sánchez". El veto se mantiene, incluso habiendo pagado el precio de sonadas dimisiones en el seno de los liberales.
"Sánchez no es de fiar"
Por su parte, el Partido Popular tampoco parece querer dar su brazo a torcer para facilitar la investidura. Tras conocerse el pacto en Navarra, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, aseguró que Sánchez "no es de fiar", y que "no tiene legitimidad para pedir nada".
Este mismo fin de semana, el vicesecretario de Comunicación del partido, Pablo Montesinos, también abundaba en esa posición asegurando que lo ocurrido en Navarra ha servido "para que todos los españoles sepan claramente quiénes son los compañeros de viaje del PSOE". Al tiempo que anunciaba que el PP pediría a Pedro Sánchez que "comparezca en la sede de la soberanía nacional para dar explicaciones a todos los españoles".
Si PP y Ciudadanos parecen claros en su negativa a Sánchez, en Podemos debaten internamente. El secretario de Acción de Gobierno, Pablo Echenique, aseguró en un primer momento que "acudirían a la llamada del PSOE" siempre y cuando rectificaran en sus posturas. Sin embargo, tanto IU el mismo viernes tras el fracaso de la investidura como el pasado lunes la corriente Anticapitalistas de la formación expresaron su apoyo a investir a Sánchez con un "acuerdo programático" con medidas concretas y después "pasar a la oposición" sin entrar en el Ejecutivo para construir "pacientemente la alternativa".
"Ya tenemos experiencia"
Felipe VI recibió a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, el pasado 26 de julio al día siguiente de la investidura fallida de Sánchez. Entonces acordó no convocar "por el momento" una nueva ronda de consultas y dar tiempo a los partidos antes de constatar si es posible volver a proponer un candidato que cuente con los apoyos necesarios antes de que el 23 de septiembre expire el plazo de dos meses y se convoquen nuevos comicios el 10 de noviembre.
El Rey apuntó este domingo que está en contacto con Batet y "pendiente" del desarrollo de los acontecimientos por los medios de comunicación. Preguntado por si están siendo unas vacaciones poco relajadas debido al escenario político, Felipe VI ha respondido: "Ya tenemos experiencia en esto".
Efectivamente, en 2016, ya se dio una situación similar de bloqueo político tras las investiduras frustradas del entonces jefe del Ejecutivo en funciones, Mariano Rajoy, y de Sánchez.
En aquella ocasión, también en el posado con la Reina y sus hijas en Marivent, el Rey dijo que era un verano "atípico" y que "había que adaptarse" a lo que fuera ocurriendo porque era "lo que toca".
Felipe VI ha confirmado que tras el despacho con Sánchez este miércoles, mantendrán un almuerzo en Marivent, al que, al contrario del pasado año, no le acompañará su esposa, Begoña Gómez, por lo que tampoco estará la reina.