El Open Arms va a pasar su decimoquinta noche en alta mar, pero desde la ONG española están confiados en que la situación se resuelva pronto. Sobre todo, después de que el miércoles por la tarde un juez italiano derribara el decreto de Matteo Salvini, que prohibía su entrada en aguas italianas bajo la amenaza de que el barco fuese requisado y recibiesen una multa millonaria.
EL ESPAÑOL ha podido hablar con Óscar Camps, fundador de Proactiva Open Arms, para analizar la situación. Asegura que no entiende la incoherencia del Gobierno de Pedro Sánchez, pero cree que es posible una alianza entre España, Francia y Alemania que ponga remedio a "estos días de espera sin sentido".
¿Cómo se ha enterado del anuncio del reparto de los rescatados? ¿Cree que se producirá pronto?
No sabemos nada más sobre el reparto. Ahora mismo estamos a la espera de que se nos asigne un puerto donde poder atracar, pero en las próximas horas se debería llevar a cabo la evacuación. La situación de los que están a bordo lo requiere -a última hora del jueves, nueve de los inmigrantes fueron trasladados a tierra precisamente por motivos médicos-.
¿Cómo se viven a bordo los nuevos ataques de Salvini? ¿Tienen miedo a que siga poniendo impedimentos?
Bueno, nosotros tenemos a la justicia de nuestro lado y ya hemos sufrido ataques como esos. Miedo no tenemos. Él alardeaba mucho de su decreto antiinmigración y los jueces nos han dado la razón. Además, la sentencia ordena que se tiene que evacuar a las personas que están a bordo. No se les puede dejar morir en el mar.
Ya ha dicho también esta semana que es tanto responsabilidad de Italia como de Malta. ¿Cree que se debería hablar más de Malta?
Sí, es responsabilidad de los dos. Es verdad que Malta sí se ofreció a acoger a los últimos rescatados, pero porque la última operación de rescate se dio en su zona SAR (de salvamento). También es verdad que Malta firmó una cláusula que limitaba su responsabilidad respecto al reparto, porque al fin y al cabo son una isla-Estado y su capacidad logística es mucho menor. En cambio, Italia es una península y desde ahí es mucho más sencillo el reparto.
Eso no quita que Malta tenga responsabilidad. Si el rescate se da en su país, ellos tienen la obligación de buscarnos un puerto seguro donde desembarcar. No tiene por qué ser en su país, pero son ellos los que tienen que coordinar la evacuación.
¿Cómo interpretaron en el Open Arms aquel ofrecimiento de acoger "solo a los últimos rescatados"?
Ese ofrecimiento supuso dificultar la situación en el barco, que de por sí ya era delicada. Había personas que llevaban ahí ya más de una semana. ¿Cómo les explicas que las fuerzas de salvamento maltesas que se acercan se quieren llevar solo a los últimos? Tuvimos que rechazarlo. Para nosotros, todos los rescatados son iguales.
De alguna manera, ¿fue una táctica para lavarse las manos?
Es evidente que el acercamiento de las fuerzas de salvamento fue un detonante dentro del barco. Provocó altercados.
¿Los mismo que cuando se evacuaba a los enfermos?
Es que cuando llevas tantos días ahí… Hay peleas por un trozo de sol, por un trozo de sombra, por ir a los baños. Ellos también ven que si están enfermos es más fácil que se los lleven. Por eso algunos empezaron una huelga de hambre. Los mediadores culturales y los psicólogos han tenido que trabajar mucho.
Decía Pedro Sánchez en "Manual de resistencia" que se sentía orgulloso de haber rescatado el Aquarius, que si la política tiene sentido es por cosas así. ¿Se han sentido abandonados por ese cambio de actitud?
Sí. Nosotros somos optimistas y pensamos que se puede formar un eje franco-germano-español que ayude a solucionar este tipo de problemas, que no haya que esperar diez, doce, catorce días para poner en marcha todo este mecanismo. No entiendo la incoherencia de su Gobierno. Se podía haber gestado antes algún tipo de mecanismo para estas situaciones. ¿De qué te sirve quejarte en los medios cuando realmente puedes llevar ante la justicia a aquellos que incumplen los acuerdos internacionales?
¿Qué opina de la campaña mediática que han montado desde el Gobierno insistiendo una y otra vez, cada vez que se les preguntaba, en que a ellos no se les había pedido ningún puerto? Vosotros ya habíais insistido en que no queríais un puerto español: buscabais una solución.
A ver, digo yo que si somos capaces de proteger un barco de pesca atacado por piratas somalíes a miles de kilómetros, ¿por qué no podemos ayudar a un barco con bandera española y más de 150 personas a bordo que está mucho más cerca?
Hace unos meses, desde el Gobierno se les ofreció entrar a formar parte de salvamento marítimo y al final ese acuerdo se desechó. ¿Por qué?
Era un momento de campaña política. El acuerdo ya estaba casi cerrado, pero hubo un sector, de donde fuera, que no vio con buenos ojos que hubiera un barco de ONG con periodistas a bordo que contara lo que estaba pasando en el sur de España. Así que ese convenio al final no se firmó. Nosotros decidimos volver al Mediterráneo central después de dos meses bloqueados en el puerto de Motril.
¿Se estaba intentando ocultar lo que estaba pasando?
Se quería silenciar. A alguien no le interesaba. Es lo mismo que estamos viviendo ahora en Italia. A diario, o casi a diario, desembarcan barcos en Lampedusa y en otras zonas de Italia. Pero se quiere evitar mostrar el trabajo de las ONG.
Además, se está exagerando mucho. El flujo migratorio en España se ha reducido un 30% desde el año pasado. Quien está recibiendo la carga migratoria este año es Grecia.
¿Cree, de verdad, que es posible un eje franco-germano-español después de la actitud del Gobierno durante este último rescate?
Yo creo que España está a tres centímetros de unirse a Francia y a Alemania para resolver la situación, pero falta voluntad política y actitud crítica.