El verbo que utiliza Pedro Sánchez para referirse a un hipotético gobierno de coalición con Podemos -cuando las cámaras no están delante- es "implosionar". Así se pronunció durante su reunión a puerta cerrada con los colectivos LGTBI. A modo de cierre, según ha contrastado este diario a través de varios asistentes, el presidente en funciones pronosticó que un Ejecutivo compartido con los de Iglesias "implosionaría en pocos meses".
A lo largo de esta semana, Sánchez se reúne con distintas asociaciones para "escuchar propuestas e incorporarlas a su programa". Un gesto con el que pretende ganar la batalla del relato a Podemos y enviar a Iglesias una "oferta programática difícil de rechazar". Este martes era el turno del colectivo LGTBI, con el que departió en un local a orillas de Chueca.
El presidente no atendió a la prensa, pero trazó un discurso de varios minutos para las organizaciones participantes, la mayoría de ellas próximas a la izquierda. Casi a modo de justificación, Sánchez incidió: "No me fío de Podemos". De ahí la "implosión" que refirió a continuación. Las fuentes consultadas también ponen esta otra expresión en boca del secretario general socialista: "Ese gobierno de coalición sería pan para hoy y hambre para mañana".
Salvando las distancias y remarcando que se trata de casos diferentes, Sánchez colocó en el espejo el caso de Italia. Un Ejecutivo fracturado por culpa de los abismos programáticos que separaban a sus integrantes.
Sánchez y Calvo se comprometieron a desarrollar la ley de igualdad de trato y la ley LGTBI en caso de prosperar la investidura. El formato de la reunión fue el siguiente: un discurso de cada organización y una intervención final del presidente. Más allá de mostrar su "compromiso" con el movimiento, el líder socialista sorprendió a los oyentes con ese discurso en clave política y en relación a Podemos. "Parecía que pedía disculpas y que anticipaba nuevas elecciones", discurre uno de los ponentes.
"Quiero daros una explicación"
Sánchez verbalizó ante el colectivo LGTBI su deseo de dar una "explicación" acerca de su negativa a coaligarse con Podemos. Consciente de que el PSOE comparte un porcentaje nada desdeñable de su electorado con Iglesias, apuntó algunas diferencias entre ambas organizaciones y reiteró que la oferta de julio nunca volverá a estar sobre la mesa. Mientras en Ferraz se habla de "implosión", Iglesias y los suyos pugnan por la "apocatástasis"; concepto que refiere la devolución de las conversaciones a su punto de partida.
¿Por qué hace un mes "sí" y ahora "no"? En ese momento, repitió el mismo argumento que la vicepresidenta Calvo en sus últimas entrevistas: "La confianza se quebró durante las pasadas negociaciones". La próxima semana -primera de septiembre-, el PSOE tiene previsto enviar una oferta programática a Podemos que incluya las propuestas recabadas de las asociaciones. Pero ya no habrá ministerios ni vicepresidencias.
"No puedo aceptar un gobierno dentro de un gobierno", explicó Sánchez a puerta cerrada, igual que ha venido haciendo ante el micrófono. El presidente en funciones arguyó que, con ministros de Podemos, no logrará "eficacia ni coherencia".
Ante la mirada del colectivo LGTBI, Sánchez agitó el fantasma de la "derecha". Avisó a los presentes de que, en caso de repetirse las elecciones y triunfar un Ejecutivo de PP, Ciudadanos y Vox, "sus logros se verán desmantelados".