Ni un ápice. Los populares , después de más de veinticuatro horas de silencio, han comunicado al Rey lo que ya se intuía: que no se han movido su planteamiento de julio. Y con gesto taciturno, así lo expresaba el presidente del partido en el Congreso. “Pedro Sánchez y el PSOE merecen todo nuestro respeto, pero su candidatura y su proyecto no se merecen nuestra confianza”, casi suspiró un Pablo Casado que llegó acompañado de una gran comitiva de cargos populares.
El motivo es muy sencillo, a sus ojos. “El PP no solo es la oposición, sino que también es la alternativa. España no se puede quedar sin alternativa, no puede estar en manos de radicales”, arguyó el líder del PP. “No nos hemos planteado en ningún momento la abstención. No hemos cambiado de posición con la propuesta de Rivera”.
Casado certificaba el arranque, al menos desde sus filas, del modo electoral. El líder popular no contemplaba más escenarios y la consigna era clara desde Génova. El PP no marcaría su postura hasta que hablara con Felipe VI, daba igual que hubiera propuestas de última hora o llamadas inesperadas. Y esa postura estaba más que clara: ellos no iban a asistir a Sánchez en una investidura.
Investidura no, legislatura sí
Porque en una legislatura, sí. Pablo Casado comenzó su etapa al frente de PP ofreciéndole a Sánchez el verano pasado una gran coalición y desde las filas populares el apoyo institucional a los socialistas en materias de Estado se mantiene. “El PP es un partido de gobierno y Estado”.
"Sánchez tenía cuatro puertas a las que llamar: un pacto con Podemos y los separatistas, otro con los regionalistas, un acuerdo con Ciudadanos o un acuerdo con el PP. Sin embargo, Sánchez no ha intentado acuerdo con ninguna de ellos. Ha sido soberbio y displicente", consideró el presidente popular.
Desde el equipo del presidente popular han querido plantear una intervención “coherente”. “Los hechos son los hechos. Casado ofreció a Sánchez hasta once pactos de Estado. El PP es la alternativa a la izquierda y por eso no facilitaríamos la investidura de Sánchez”. “Los españoles valoran un partido que no ha participado en el teatro”, explican fuentes del PP.
“Este tipo de cuestiones se tienen que hacer con tiempo”, adujo el presidente popular, por su parte. También afirmó sentirse “parte de un engranaje, de una tramoya, de un plan prefijado. Es la sensación que tengo. Creo que en Moncloa se querían elecciones desde un primer momento”.
"No íbamos a decir de repente sí"
El silencio y la prudencia dominaron la estrategia seguida por Génova. Poco tenían que aportar a las jugadas que seguían activas. “Nuestra postura es la más fácil: no íbamos a decirle ahora de repente que sí”, indicaba un diputado de la bancada popular. “La campaña está bien planteada porque nos han armado el discurso de manera muy sencilla”, comentaba, a su vez, un dirigente popular en privado.
Pero en la mente de todos ya anda España Suma. Aunque ahora no fuera Rivera de la mano de Casado o Casado de la de Rivera, entre ambos partidos fluye “el máximo respeto”. “Mi reconocimiento de que también Ciudadanos plantee su posición para intentar desbloquear la situación”.
La sintonía compartida continúa. “La respuesta que le dio ayer [por el lunes] Albert Rivera a Pedro Sánchez son compartidas y llevamos muchos meses reivindicando que son muy sensatas, decir que en Cataluña hay un gobierno constitucionalista no es verdad”. Los de Ciudadanos ya cuentan con los datos aportados por el PP sobre la conveniencia de sumar. Está por ver si finalmente hay campanas de investidura… o de boda en el centro derecha. Tiempo aún hay.