Nada de “situaciones de división” ni actos que no cuenten con la “lealtad suficiente” entre los grupos que integran el Ayuntamiento de Madrid. El alcalde de la ciudad, el popular José Luis Martínez-Almeida, no tiene ni un ápice de duda sobre cómo hay que proceder tras la bronca protagonizada con el líder de Vox, Javier Ortega Smith, durante el minuto de silencio en memoria de la última víctima madrileña de la violencia de género.
Porque, más allá de la naturaleza del encontronazo —con Almeida reprochándole a Ortega Smith que la realidad sobre la violencia machista es “incontestable”, aunque se posicionara a su lado en contra de la “ideología de género”—, apenas han pasado cien días desde que un gobierno bicolor rige la ciudad de Madrid y, de momento, todo parecía ir como la seda.
La aritmética que regalaron las urnas y el pacto alcanzado entre los tres partidos en discordia, PP, Cs y Vox, hacía que el diálogo fuera clave para poder sacar las políticas locales adelante.
"Por cómo lo han hecho"
Madrid parecía una de las plazas mejores para escenificar el acuerdo del centroderecha. Especialmente, en materia económica y de políticas de corte liberal. Pero la violencia machista se ha vuelto la piedra en la que tropiezan una y otra vez. Ahí, se desdibuja la fluidez entre los partidos y cada uno marca perfil propio.
Almeida es consciente de la dificultad de su papel mediador, con Ciudadanos tratando de poner distancia entre ellos, máxime ahora que vuelve la campaña electoral al tablero nacional. Así, tras ese enfrentamiento por la pancarta de la violencia machista, ha llamado a sus socios a terminar con las “situaciones de división”.
“No es tanto por lo que han hecho sino por qué lo han hecho”, comentan fuentes populares del entorno del alcalde. Se han sentido traicionados y boicoteados, explican.
El Ayuntamiento por delante
Pero, ante eso, Almeida pone la institución por delante. “El compromiso del Ayuntamiento hacia las mujeres es absolutamente inquebrantable en este ámbito”, adujo. “Eso es lo que venimos a establecer por el protocolo del equipo de gobierno en la anterior legislatura”.
“Toda muestra de enfrentamiento, toda muestra en la que no haya una postura mínima de acuerdo entre los grupos municipales en relación hacia la violencia que ejercen contra las mujeres estamos haciendo un flaco favor”, ha reprochado el alcalde de la ciudad. “Creo que tenemos que hacer un ejercicio de autocrítica”.
Así, le ha reclamado a Ortega Smith que tenga la “lealtad suficiente” para que haya “cauces de comunicación y de interlocución para que podamos encontrar un espacio común”. Para acabar con la violencia machista… y para que el gobierno de Madrid no salte por los aires.